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#ZonaLibre | Estados Unidos: la elección contaminada que nos amenaza

A nadie le extrañe si Trump presiona fuertemente al gobierno de la 4T para demandar su apoyo de manera más clara antes de las elecciones
mié 07 octubre 2020 11:59 PM
AMLO-Trump
AMISTAD. El presidente Andrés Manuel L´ópez Obrador aseguró que no se confrontará con el gobierno de Estados Unidos.

“Cuando a Estados Unidos le da gripe, a México le da pulmonía”, una frase que se ha consagrado durante décadas, de autor desconocido. Hoy en día, nuestro vecino del norte no sufre una sencilla gripe, sino un virus mortal que se ha convertido en el tema central en las campañas, a menos de un mes que ocurran las elecciones más complejas (y de las más importantes) de su historia moderna.

El presidente Donald Trump pareciera que cava cada día más su tumba, al alejarse de su contendiente Joe Biden en las encuestas. Ahora, el demócrata aparece por 16 puntos de ventaja y el tiempo se le acaba al multimillonario para conseguir la reelección.

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El polémico contagio que sufrió de COVID-19 se ha convertido en un debate, incluso entre los mismos republicanos. ¿Fue una estrategia electorera o fue una humillación del destino en su contra por menospreciar al virus en repetidas ocasiones?

Haya sido, como haya sido, Trump está entre las cuerdas y recibe cada día un golpe más artero por parte de su contrincante, que va consolidando su liderazgo en estados claves, tales como Florida, Texas, Arizona y Colorado, que definirían el triunfo demócrata. La noche se hace cada vez más oscura para el presidente más polémico que ha tenido Estados Unidos.

La arrogancia, prepotencia y soberbia que ha demostrado por los últimos cuatro años no ha menguado; el hecho de haberse retirado la mascarilla al llegar a la Casa Blanca, demostró que no se rendirá fácilmente. En los siguientes días se avizora una batalla sangrienta, un pesado arsenal que utilizarán las huestes republicanas en contra del candidato demócrata.

Entre esos dardos de fuego, podría estar un tema demasiado escabroso y negativo para nuestro país: La relación amistosa entre López Obrador y Donald Trump.

Y debemos remontarnos a aquel extraño momento del pasado julio, cuando Trump recibió con bombo y platillos a su homólogo mexicano, a quien ha llamado incluso “ su amigo, Juan Trump ”.

López Obrador cumplió ese compromiso con cierta decencia; sin embargo, se subió inevitablemente al barco trumpista, pues la visita, más allá de un acto protocolario, se convirtió en un espaldarazo al republicano; un evento que los demócratas despreciaron y ocasionó el rompimiento de las relaciones entre el partido político que había luchado por años a favor de los migrantes y del T-MEC, y en cambio, recibía como respuesta una ofensa política que no olvidarán fácilmente.

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México siempre en la discordia

A nadie le extrañe si Trump presiona fuertemente al gobierno de la 4T para demandar su apoyo de manera más clara antes de las elecciones. Para nadie es un secreto que la popularidad de AMLO entre los mexicoamericanos es tremenda, el equipo estratégico de Trump lo sabe perfectamente y podrían utilizar esta carta, en una especie de “patada de ahogado”.

Así que, a menos de un mes de la elección, el gobierno de México también empieza a sufrir nerviosismo, pues queda mal parado sin importar el ganador.

La tensión podría intensificarse en la oficina del canciller Marcelo Ebrard, quien a pesar de decenas de intentos de acercarse a los demócratas, ha recibido portazos. Además de que no le disculpan esa extraña alianza que se generó con el gobierno norteamericano.

Por lo que, si gana Joe Biden, el gobierno mexicano tendría que sufrir el golpe frío de un gobierno demócrata que es radical en sus relaciones internacionales.

Esta situación la sufrió en su momento, el expresidente Felipe Calderón, en 2008, al apoyar abiertamente al entonces candidato republicano John MCcain invitándolo a una amistosa reunión en Los Pinos.

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Calderón se atrevió a insinuar que, aunque a Barack Obama lo apoyaba la comunidad mexicana “McCain tiene (tenía) un mayor conocimiento de la realidad mexicana”, lo que enfureció al candidato afroamericano, quien desde ese momento vio a Calderón como un adversario.

Lo demás es historia, los gobiernos tuvieron una relación estable pero fría y distante. Calderón nos llevó a los mexicanos entre sus zapatos.

Algo muy, pero muy parecido a lo que sucede hoy en día.

Quizá es muy tarde para enmendar los errores de la Cancillería, o quizá no. Si el gobierno mexicano quiere ajustar su visión, es momento de “bajarse” del barco de Trump y mostrar su apoyo a la campaña del demócrata, la cual, según expertos, tiene más del 97% de posibilidades de ganar el voto popular y una altísima ventaja de ganar los distritos electorales suficientes para ocupar la Presidencia, pero además, arrasarán con los lugares del Congreso que están en disputa.

La decisión está en las manos de Marcelo Ebrard, sobre todo en las del presidente López Obrador. ¿Decidirá mantener su extraña relación con el magnate neoyorquino o hará un cambio radical para apostar por Joe Biden?

El tiempo se acaba y México debe tomar una decisión urgente.

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Nota del editor: Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.

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