FRENA, por tanto, parece estar nutriéndose más del descontento económico que existe entre personas que se identifican con la derecha. Esto no significa que todos los manifestantes de FRENA sean ultraconservadores. De hecho, muchos dicen no apoyar las ideas más conservadoras de FRENA. Están ahí, comentan, porque se sienten inconformes con las decisiones del gobierno.
La derecha mexicana no está acostumbrada a estar descontenta. Como han mostrado los estudios de Alejandro Moreno (2020) la mayoría de los mexicanos que se autoidentifican con la derecha habían estado satisfechos con el trabajo de Fox (66% satisfecho), Calderón (75%) y hasta de Peña Nieto (71%). Esto cambió radicalmente con López Obrador. Entre la derecha, ahora solo el 12% aprueba la gestión del presidente.
Para la derecha mexicana, todo iba bien o iba más o menos bien, hasta que llegó López Obrador.
Por el contrario, los simpatizantes de López Obrador están acostumbrados a que la economía vaya mal. En cierta forma, para ellos el que la economía vaya mal en 2020 no es nada nuevo. Los votantes de López Obrador tienen una larga tradición de estimar que la economía del país no va bien (Sánchez y Sánchez 2019). De hecho, el voto que lo hizo ganar en 2018 fue el que provino de viviendas de bajos recursos y de vecindarios de clase trabajadora (Aguilar 2019).
#QuéPasóCon...el Frente Anti-AMLO (FRENAAA)
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