El que en México no haya habido movilizaciones de derecha antes es sorprendente. Nuestro país es ideológicamente muy conservador. De hecho, el 31% de los mexicanos se autoidentifican con la derecha mientras que solo el 25% lo hace con la izquierda (Sánchez y Sánchez 2019).
Al momento, hay dos explicaciones sobre por qué FRENA está ganando fuerza:
Por un lado, la explicación religiosa. Se ve en FRENA a un movimiento político que se está nutriendo de movimientos religiosos que datan de la época Cristera. FRENA es el revivir de un catolicismo militante que se siente agraviado por el feminismo, la homosexualidad y otras agendas progresistas que cada vez son más discutidas.
Por otro lado, está la explicación económica. Se piensa que FRENA está ganando fuerza por la crisis económica generada por la pandemia y la forma en la que las políticas de austeridad la han agravado. FRENA representa el sentir de ciertas clases medias y altas que observan retrocesos en su nivel de vida.
Si bien FRENA tiene componentes religiosos, no parece haber mucha evidencia de que el catolicismo sea el motivo de su fuerza. De hecho, la ciudadanía que es religiosa y tradicionalista en lo moral tiende a apoyar más a López Obrador (Díaz Domínguez 2019). Entre las personas que asisten a la iglesia con frecuencia, por ejemplo, la probabilidad de simpatizar con Morena es tres veces superior que entre las personas que no asisten a la iglesia.