En México, los movimientos estudiantiles han sido fundamentales en la evolución de los derechos y libertades que todas y todos conocemos. No podríamos dimensionar estos cambios sin considerar las circunstancias políticas en las que se presentaron cada uno de ellos. Momentos en los que la participación de la juventud contra el autoritarismo se convirtió en un ímpetu transformador.
El 2 de octubre de 1968 representó un crecimiento de la vida política y social en México, una lucha en contra del Estado autoritario en un momento en el que no había lugar al diálogo y donde imperaba la represión. Por ejemplo, la lucha de Rubén Jaramillo, último de los líderes zapatistas de la generación anterior, que un día se toma una foto con el presidente y dos semanas después era masacrado junto con su familia. Esas eran las circunstancias a los que se enfrentaron las y los jóvenes del 68, cuyas peticiones únicamente eran de democracia.