Durante estos días he tenido que acudir a reuniones en Pakistán, Turquía y Emiratos Árabes Unidos, países que continúan abiertos pero que al mismo tiempo presentan buenos resultados en su lucha contra el COVID-19 mientras sus economías están funcionando. ¿Realmente tenemos que elegir entre confinamiento y salud?
Según últimos datos de la OMS al 23 de septiembre, Emiratos Árabes Unidos, Turquía y Pakistán presentan 87,530; 308,069 y 307,418 casos confirmados, respectivamente. En los primeros dos, es obligatorio el uso del cubrebocas. Pakistán, por su parte, implementó confinamientos acotados a las zonas con mayor número de contagios, con lo cual se evitan los estragos de un confinamiento a nivel nacional. En Emiratos Árabes Unidos, es obligatorio llegar con pruebas PCR y realizar una a la llegada al aeropuerto, sin costo alguno. También hay que descargar una aplicación y se le proporciona una tarjeta SIM a todos los visitantes para estar al tanto de su situación.
Recordemos lo más importante: se trata de personas que respeten la sana distancia, usen cubre bocas y se laven las manos; se trata de gobiernos que hagan pruebas, rastreen contactos y lleven a cabo tratamientos; se trata de un sistema global donde se intercambie información e investigación, donde haya cooperación para encontrar tratamientos y vacunas para contar con bienes públicos que se conviertan en una esperanza para la humanidad, y no meros estandartes electorales.
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Nota del editor: la autora es diputada federal, presidenta de la Unión Interparlamentaria.
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