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#ColumnaInvitada | COVID-19, el falso dilema entre salud y economía

Para enfrentar la pandemia de COVID se tiene que entender que sin salud no hay economía, y eso es un hecho tanto para las familias como para los países.
jue 24 septiembre 2020 06:20 AM
Coronavirus
El dilema de salir a la calle o cuidarse en casa debe quedar atrás.

La pandemia del COVID-19 ha expuesto la falta de una respuesta global coordinada y solidaria, así como diferencias notables en las respuestas nacionales para controlar los contagios y en las conductas individuales de los ciudadanos.

Por una parte, no existe una base de datos global en donde se intercambie todo lo que se aprende todos los días sobre el SARS-CoV-2. El esfuerzo por encontrar una vacuna se ha convertido en una competencia política, cuando debería de tratarse de un proyecto de cooperación científica. En el plano nacional, existe una multiplicidad de respuestas: desde aquellos gobiernos que cerraron sus fronteras y congelaron prácticamente todas las actividades no esenciales, hasta aquellos que decidieron negar la pandemia como si se tratara de una fantasía o un nuevo credo.

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Las conductas personales no son la excepción. En Asia, es común el uso inmediato del cubrebocas. Pero en nuestro continente continúan los interminables debates sobre su pertinencia, aun cuando la ciencia ha demostrado que su uso podría terminar con la pandemia en cuestión de semanas.

En algunos países prevalece el individualismo y el egoísmo, mientras que en otros existe una mentalidad colectiva con plena conciencia de que una nación comparte un mismo destino.

El primer paso es entender que sin salud no hay economía. Eso es un hecho tanto para las familias como para los países. También debemos diseñar respuestas integrales.

“La vacuna” no es la única salida porque hoy no están claros los protocolos que se están siguiendo en algunos países. Aún hay preguntas sobre el periodo que durará la inmunización y la posibilidad de alcanzar a la mayor parte de los 7 mil millones de habitantes del planeta. Necesitamos vacuna, pero también tratamientos y mucho mejores prácticas de salud pública.

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Durante estos días he tenido que acudir a reuniones en Pakistán, Turquía y Emiratos Árabes Unidos, países que continúan abiertos pero que al mismo tiempo presentan buenos resultados en su lucha contra el COVID-19 mientras sus economías están funcionando. ¿Realmente tenemos que elegir entre confinamiento y salud?

Según últimos datos de la OMS al 23 de septiembre, Emiratos Árabes Unidos, Turquía y Pakistán presentan 87,530; 308,069 y 307,418 casos confirmados, respectivamente. En los primeros dos, es obligatorio el uso del cubrebocas. Pakistán, por su parte, implementó confinamientos acotados a las zonas con mayor número de contagios, con lo cual se evitan los estragos de un confinamiento a nivel nacional. En Emiratos Árabes Unidos, es obligatorio llegar con pruebas PCR y realizar una a la llegada al aeropuerto, sin costo alguno. También hay que descargar una aplicación y se le proporciona una tarjeta SIM a todos los visitantes para estar al tanto de su situación.

Recordemos lo más importante: se trata de personas que respeten la sana distancia, usen cubre bocas y se laven las manos; se trata de gobiernos que hagan pruebas, rastreen contactos y lleven a cabo tratamientos; se trata de un sistema global donde se intercambie información e investigación, donde haya cooperación para encontrar tratamientos y vacunas para contar con bienes públicos que se conviertan en una esperanza para la humanidad, y no meros estandartes electorales.

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Nota del editor: la autora es diputada federal, presidenta de la Unión Interparlamentaria.

Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.

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