Esta semana ha sido solo una probada de lo que será la política mexicana por los próximos años. Quienes se beneficiaron de Odebrecht, y de otros actos de corrupción, actuarán tal y como han actuado quienes se beneficiaron del mismo esquema de corrupción en otros países latinoamericanos. Al verse incriminados, intentarán negarlo. Cuando negarlo sea imposible, incriminarán a otros.
Emulando la historia que hemos visto en múltiples países, la clase política se descoserá como quien desgaja un mantel tirando la hebra de un hilo. Habrá pocos que queden en pie. Hay pocos que no tienen cola que les pisen.