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Lecciones y saldos de 70 días de Sana Distancia

Concluyó la Jornada Sana Distancia que empezó el 23 de marzo; se esperan otros 15 días de aislamiento antes de entrar de lleno a la "nueva normalidad", así que vale la pena revisar algunas lecciones.
lun 01 junio 2020 10:30 PM
Nueva afluencia.
Las calles de la Ciudad comenzarán con una nueva afluencia, el reto es mantenerse con aislamiento.

Preocupaciones y estrés, convivencia intensa –a veces apabullante (trabajo, quehaceres domésticos, pagos en línea, compra de alimentos, cuidado de la higiene en todo momento)– es lo que ha permeado en la mayoría de los hogares por el confinamiento durante los 70 días de la Jornada Sana Distancia, que empezó el 23 de marzo y terminó este 31 de mayo.

Este periodo nos ha dejado nuevos hábitos y cambió las perspectivas; nos quedaron muchas lecciones: la principal, considero, que no es necesario el traslado de cientos de miles de empleados hasta una oficina cuando podemos hacer lo mismo (en la mayoría de los casos) desde nuestros hogares.

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En lo político, la principal lección ha sido tratar de entender al actual gobierno. Se le critica por lo que hace u omite; destacadamente por lo confuso de sus decisiones, por lo inacabado de sus planteamientos y por la permisiva justificación de sus yerros.

Un día, el mandatario federal reconoce que lo primero es cuidar la economía “del pueblo”, pero al día siguiente decreta que no apoyará a las empresas, que son el medio para conservar y fomentar los empleos. El argumento de dicha medida es que esta administración “ya no es como las de antes”. Entonces, se piensa en ofrecer apoyos directos, bajo la lógica interesada de más apoyos consiguen más clientelas y no bajo la prioridad de más empresas es igual a más empleos.

Hasta la fecha, nuestro gobierno no ha admitido públicamente que esta epidemia tendrá consecuencias catastróficas en lo económico (de dimensiones no conocidas) –y no por el desempeño del gobierno mexicano, pues el desastre será global; puede estar actuando en la estrategia de no fomentar el temor y así una mayor depresión de la economía, pero también para no tener que aceptar el fracaso de su gestión por la inacción y la no efectividad de sus decisiones.

Así, en medio de la epidemia, de la sana distancia, del desempeño del gobierno, del registro de cifras de casos, del incremento de decesos, del porcentaje de disponibilidad hospitalaria, de las noticias de familiares y amigos que se contagian o se arriesgan a contagiarse por salir a la calle a continuar trabajando para poder seguir generando ingresos, en medio de todo eso nos quedamos 70 días encerrados con nuestras preocupaciones y batallas; batallas que tienen como común denominador: “quedarse en casa”.

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En la vida pública, nos quedaron muchas lecciones; enlisto algunas:

- Aprendimos que la política y los políticos están en lo suyo y seguirán en lo suyo.
- Aprendimos de geometría y que una curva puede ser plana.
- Aprendimos de matemáticas, que no son exactas sino estimadas.
- Aprendimos que 8,000 muertos se pueden convertir en 30,000, quizá en más.
- Aprendimos que no se predica con el ejemplo y que quedarse en casa es para el pueblo bueno y sabio, pero no para los políticos.
- Aprendimos que una justificación argumentativa –vamos bien– repetida siete veces por semana es insuficiente para modificar la realidad.
- Aprendimos de economía y que los salarios de los empleados y los ingresos de los negocios se pueden reducir y así seguir adelante, lo que no sucede con los ingresos del gobierno ni de los funcionarios.
- Aprendimos que los partidos de oposición sí se quedaron en casa, ellos desde julio de 2018.
- Aprendimos que hay floreros humanos y que un subsecretario tiene más campo de acción que un secretario de Estado.
- Aprendimos que cinco horas de conferencias no tienen por objetivo informar sino adoctrinar.

“La normalidad que buscamos en la CDMX no va a darse antes de 24 meses”

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En la vida familiar, nos quedaron muchos saldos; enlisto los más sobresalientes:

- Nos quedamos encerrados, en familia, estresados.
- Nos quedamos atrapados, sin parques y avenidas, aislados.
- Nos quedamos preocupados, sin ver a padres y hermanos, videoconectados.
- Nos quedamos enseñando, con maestros a medias y sin escuelas, atareados.
- Nos quedamos trabajando, completamente en línea, reinventados.
- Nos quedamos saturados, con media docena de nuevas aplicaciones, hiperconectados.
- Nos quedamos devaluados, con ingresos reducidos, endeudados.
- Nos quedamos desvelados, con insomnio intermitente, preocupados.
- Nos quedamos engañados, con conferencias matutinas, vespertinas y nocturnas, subinformados.
- Nos quedamos politizados, discutiendo con amigos en internet, enemistados.
- Nos quedamos apanicados, desconfiando de la salud de los vecinos, angustiados.

Terminaron los 70 días de sana distancia, ahora empieza la “nueva normalidad” y vendrán nuevas lecciones.

#EnFotos | El Metro busca que la sana distancia viaje en sus vagones

Sana distancia en el Metro

Sana distancia en el Metro

La dirección del Metro de la Ciudad de México inició acciones para dosificar y encauzar a los usuarios.
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Cintas

Cintas

Como parte del plan, las autoridades colocaron cintas para marcar carriles de flujo y evitar aglomeraciones.
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Letreros en el piso

Letreros en el piso

También se colocaron letreros en el piso para llamar a que los usuarios guarden distancia entre sí.
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Temperatura

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Otra acción es el uso de termómetros para identificar a quien tenga una temperatura por encima de lo normal, un síntoma de COVID-19.
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Vigilancia

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Las acciones, vigiladas por policías capitalinos, buscan prevenir los contagios del coronavirus.
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Nota del editor: el autor es jefe de información en Expansión Política.

Las opiniones en este artículo son responsabilidad única del autor.

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