#ColumnaInvitada: Municipios ante la contingencia por COVID, urge respaldarlos

En nuestro país existen 2,457 municipios, según el corte 2019 del INEGI, y la gran mayoría está constituido por poblaciones no mayores a 15 mil habitantes, incluyendo núcleos poblacionales menores a los 5 mil.

Según el Sistema Urbano Nacional (SUN) del Consejo Nacional de Población, en nuestro país hay unos 384 centros urbanos de más de 15 mil habitantes, que concentran los servicios y centros laborales.

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Cada día, millones de mexicanas y mexicanos se trasladan desde sus lugares de origen y domicilio hasta sus centros de trabajo en las ciudades. Al concluir su jornada, vuelven a sus municipios, donde mueven la economía gracias a sus ingresos, y sus familias reciben servicios de las autoridades locales.

Aquí está el punto crítico de la contingencia, y hasta ahora no ha sido debidamente considerado.

Si los centros de trabajo en las ciudades cierran, ¿quién impulsa la dinámica económica de los municipios? ¿Cómo pedir a sus poblaciones que se mantengan en casa cuando no hay otra forma de sustento?

Muchas amigas y amigos en municipios del país me han comentado la difícil situación que empieza a afectar a sus comunidades. A pesar de lo indicado por los gobiernos federal y estatales, los despidos o “licencias sin goce de sueldo” han empezado, y la gente con justificada razón acude a su autoridad municipal por ayuda, pero presidentas y presidentes municipales generalmente no cuentan con suficientes recursos para afrontar la crisis.

Nuestros municipios son comunidades en las que a menudo los servicios públicos como el agua potable o la recoja de basura no representan ingresos a las arcas locales; en ocasiones, la recaudación del impuesto predial es una cifra poco menos que simbólica.

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Con crecientes adeudos por el pago del alumbrado público, la mayoría de los ayuntamientos no tiene suficiencia presupuestal para atender a su población en casos como la contingencia sanitaria que vivimos, pues el tema pasa a ser económico cuando la gente no tiene con qué comprar comida para sus familias.

Es urgente que el gobierno federal y los estatales fortalezcan a los municipios y los hagan partícipes del resguardo y desarrollo de sus comunidades.

Desde los Congresos estatales, hay que facilitar a los ayuntamientos el acceso a créditos para que puedan otorgar subsidios económicos a cada familia, con la finalidad de garantizar un mínimo indispensable de alimentos para estar en casa.

No estoy hablando de dádivas ni de acciones populistas. Es atender a una realidad social: desde ahora más de dos mil municipios del país se están apagando económicamente por falta de ingresos de su población, y es necesario inyectar recursos para que esas economías no dejen de moverse durante la contingencia.

Deben ser asignaciones de dinero a las familias porque la economía local se mueve con dinero, y además en este caso el reparto de despensas trae más complicaciones logísticas y riesgos de contagio.

Todos los días escuchamos a la Federación y a los Estados hablar de medidas para superar la emergencia sanitaria y para la recuperación económica. Pero es tiempo de considerar a los municipios y a sus autoridades. Después de todo, como ya he dicho, son los más cercanos a la población.

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