Estado de Emergencia, facultad del Ejecutivo
Víctor Manuel Martínez Bullé, investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, afirma que el único que puede declarar un Estado de Emergencia es el Ejecutivo, con la aprobación del Senado de la República y la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
“El único que puede decretar un Estado de Emergencia, con base en el artículo 29 constitucional es el Ejecutivo Federal, con la consecuente aprobación del Congreso de la Unión. Yucatán no correspondería a un Estado de Emergencia, lo que puede hacer, dentro de sus competencias y facultades, es establecer reformas legales que impliquen sanciones por cometer conductas que se consideren delictivas, eso si lo pueden hacer, siempre y que estén en el ámbito de sus competencias. Habría que revisar la fundamentación que le den y si entra dentro de sus competencias. Los únicos que pueden imponer sanciones penales son los Congresos, a través del código penal local o la emisión de leyes especiales donde se contengan delitos. Sin ley, no puede haber delitos”.
¿Estarían actuando mal los gobernadores?
Es un acto arbitrario, tienen muchos medios. Se pueden imponer sanciones administrativas si se viola el concurrir a lugares que pueden generar contagios. Hay un ámbito de sanciones administrativas, donde deberían actuar y deben actuar. No llegar al ámbito penal. Aquí, cuando se trata de un tema que interesa a todos y se someterá voluntariamente, creo que caer en ese tipo de cosas que lo que hacen es generar polémica y sacarnos a discutir temas que no deberían estarse discutiendo, pues me parece una irresponsabilidad.
Francisco Burgoa comparte que no es deseable llegar al Estado de Excepción que se contempla en el artículo 29 de la Constitución, que sólo se ha aplicado una vez en 103 años, durante la Segunda Guerra Mundial.
“Si el Presidente, con la Guardia Nacional, el Ejército, cualquier cuerpo policial, va a tener la capacidad para poder estar deteniendo a todas las personas que anden en las calles, es porque, tendríamos la emergencia sanitaria, un colapso de todo el sistema de salud, de hospitales públicos y privados. Sería un escenario que no me gustaría que llegáramos a menos que fuera necesario”, opina Burgoa.