Los inversionistas mexicanos ven la cosa muy distinta. Están en huelga. Han detenido sus inversiones por “falta de confianza” y porque “no les gusta la ideología de AMLO”. Así, la inversión privada total lleva cuatro trimestres en números negativos, básicamente desde que AMLO ganó la elección en 2018. El crecimiento de la inversión privada total.
Ciertamente, la inversión extranjera está creciendo a tasas más bajas que antes, pero no tan bajas como las de la inversión total. El último año del sexenio de Peña Nieto la inversión crecía al 6.4% (2.2 puntos más de lo que creció en 2019). Por su parte, la inversión total tuvo en 2019 su peor año en seis años.
Así es como cada vez se posiciona más la idea de que para que la economía mexicana crezca se necesita recobrar la confianza del empresariado.
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La traducción de esa demanda es básicamente que el estado debe hacer tres cosas para que los capitales levanten su huelga.
Primero, quieren que el Estado Mexicano que permita la inversión privada complementaria a Pemex y CFE. Esto es, más rondas de hidrocarburos y generación de electricidad en gran escala por parte del sector privado vía renovables, principalmente la solar.