Los capitales domésticos están en huelga, no dispuestos a invertir en México hasta que AMLO recapacite y dé señalas de certidumbre. Poder político y económico están jugando a las luchitas y en medio ha quedado la economía mexicana como daño colateral.
Hay quien dice que los inversionistas no tienen ideología. Los datos muestran lo contrario. El primer año de AMLO inversionistas extranjeros y mexicanos han mostrado que evalúan a México de forma muy diferente.
Los extranjeros, en su mayoría, continúan confiando en la solidez macroeconómica de México y su posición geográfica privilegiada. Si bien públicamente han mostrado temor por las posiblemente erráticas decisiones de AMLO, lo cierto es que no han retirado su confianza. Por ello la inversión extranjera directa aumentó 4.2% durante 2019.