Nuevos nombres y rostros, la urgencia de la oposición
Si hablamos de derrotados en el pasado 2019, sin duda fue la oposición al presidente. Algunos partidos fueron desdibujados y fundidos como es el caso del PRI, otros no han podido encontrar el Talón de Aquiles de AMLO, tanto Convergencia, PRD y el PAN parecen no tener la mínima brújula de cómo doblegar a la 4T. Si bien las equivocaciones del gobierno en distintas materias fueron evidentes, nadie, ningún liderazgo de oposición ha podido aprovecharse de ello para construir una imagen hacia el 2021.
La oposición en México es un sol de invierno, ahí está, pero no calienta, no funciona. Este 2020 deberán de recomponer su imagen e ir más allá de las vergonzosas “marchas fifís”. Nuevos rostros deberán de aparecer, pues los del 2018 y 2019 no solo no fueron suficientes, sino que más allá de que los chairos los odiasen, muchos de los opositores son vistos con malos ojos, por aquellos que no están a favor de las políticas de López Obrador.
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Es el caso del inminente registro de México Libre, el partido del ex presidente Felipe Calderón, un proyecto que aunque ayudará tanto a él como a su familia para incluso tener fuero; nace demasiado débil, incluso con señales inequívocas de convertirse en un partido satélite, de esos que solo luchan por sobrevivir y hacer alianzas para resultar en un negocio más. Esa es la oposición que nos dimos cuenta, no funciona, pues delatan intereses personales férreos y es justo esa imagen que debe desaparecer de la política en el país.