El presidente aseguró que los contratos eran ventajosos para las empresas y entonces salió a relucir que era Carso Energy, propiedad de Slim, la que tenía la mayoría de ellos. Entonces, el propietario de Telmex se defendía diciendo que cada uno de esos contratos habían sido "resultado de una licitación pública internacional".
Otra de las controversias que tuvieron los personajes tuvo que ver con la promesa del presidente de llevar internet a todo el país. Para AMLO el que ni Slim y tampoco otras empresas de comunicación participaran en la licitación le pareció absurdo y los acusó de solo querer ganar dinero de los pobladores, sin interesarles su bien común.
Un molesto AMLO decía: "Háganse a un lado porque ahora el gobierno va a tener su empresa para comunicar con internet a todos los mexicanos".
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Carlos Slim, quien es el mayor proveedor de telecomunicaciones en el país, respondió una vez más al comentario presidencial y esta vez fue más directo que nunca: "Se deben tener redes de comunicación avanzada de última generación y muy alta penetración poblacional y territorial. Es fundamental y eso no necesariamente tiene que ser con cablecitos y fibra óptica".
¡Pum! La relación estaba más golpeada que nunca. Una relación de amistad que tenían de muchos años atrás, cuando en la llamada “ciudad Slim” eran picaderos de droga y viejas fábricas, hoy es una floreciente y prestigiada zona con una plusvalía en los cielos, a un costado de la colonia Polanco en la Ciudad de México. Todos esos terrenos fueron adquiridos por el magnate en los tiempos que AMLO era jefe de Gobierno.
Casi nadie sabe que sucedió, pero el viernes 26 de octubre de 2018, en un tono entre afable y amenazador, el presidente dijo: “Me reuniré con Slim y otros para serenarlos”.
Y lo logró.
La relación que mantienen este par es inigualable hoy en día. Desde el pasado 27 de agosto, que Slim se presentó sorpresivamente en la conferencia “mañanera”, ha convocado a que una gran parte del empresariado bajara la guardia contra la 4T y decidiera volver a creer en un acercamiento sincero entre el gobierno federal y la inversión privada. En aquella ocasión, Slim se cansó de elogiar al presidente y con eso reconstruía una amistad que representa al menos, 100 mil millones de pesos, tanto en el Tren Maya, así como en los polémicos Carso Energy y telecomunicaciones. En otras palabras, todo está resuelto y Slim toma la batuta como el empresario sagrado de la 4T ¿Qué dirán de todo esto los recalcitrantes enemigos de la mafia del poder? El mundo al revés.