Banxico reprueba estudiando el salario mínimo

No hay duda de que los mejores economistas del país están en Banxico. Es por ello que preocupa tanto que cuando estos economistas estudian el tema del salario mínimo se dejen llevar por su ideología más que por su entrenamiento. Urge que Banxico deje de cometer estos errores y aumente sus estándares de prueba. El liderazgo dentro de la institución debe entender que mostrar estudios mal hechos afecta su credibilidad y la institucionalidad de México en su conjunto.

El estudio de Banxico titulado “Evolución Reciente del Empleo Afiliado al IMSS a Nivel Sectorial y Regional” no cumple con los estándares de prueba de una buena investigación.

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Como lo ha expresado públicamente el Dr. David Kaplan, economista especialista del Banco Interamericano de Desarrollo, el diseño del estudio no permite establecer que los resultados sean causales. Banxico utiliza un modelo tipo panel del empleo a nivel municipio-sector de la actividad. Este tipo de modelo no permite saber si lo que Banxico atribuye al salario mínimo, es atribuible al salario mínimo o a otras causas.

La pérdida de empleo que Banxico atribuye a los aumentos en salario mínimo pudieran simplemente ser causa de la desaceleración que enfrenta la economía. México lleva ya varios meses en desaceleración y en dichas condiciones es normal que los trabajadores de bajos ingresos, los que ganan el mínimo, sean los que más pierdan sus trabajos.

De hecho, existe evidencia de que una vez que se mejora el diseño del estudio hecho por Banxico, los resultados de Banxico no se sostienen.

De acuerdo con un estudio publicado el día de ayer por la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (CONSAMI), que utiliza controles sintéticos para evaluar el impacto del aumento en el salario mínimo, los aumentos en el salario en la frontera norte no redujeron el empleo. El empleo en la frontera ha crecido al mismo ritmo de lo que ha crecido el empleo en zonas donde el salario mínimo aumentó en solo 16.2%.

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Más aún, la CONSAMI ha encontrado efectos positivos en los niveles de ingreso. Los jóvenes tienen empleos que pagan 9.2% más gracias a los aumentos en el salario mínimo. CONASAMI incluso logra separar el efecto de los beneficios fiscales que se otorgaron en la frontera y muestra que, aún entre las empresas que no se beneficiaron con las nuevas medidas fiscales, el aumento en el salario mínimo no causó desempleo.

Ante esta evidencia creada por CONASAMI me parece imperante que Banxico encuentre formas de aumentar sus estándares de prueba. Y no se deje contaminar por la ideología de algunos.

Un posible mecanismo sería que, para tratar temas tan críticos para la vida de los trabajadores, se requiriera que las publicaciones fueran arbitradas o aprobadas por estudiosos del tema.

El actual subgobernador Jonathan Heath ya había escrito alguna vez sobre la baja calidad de un estudio del salario mínimo hecho por Banxico. Estudio que, por cierto, fue utilizado en múltiples ocasiones para impedir que el salario mínimo aumentara en México, afectando así la vida de miles de personas. El subgobernador Gerardo Esquivel también ha criticado la postura que Banxico tiene sobre el tema en varias ocasiones.

Cito a Jonathan Heath porque sus palabras de 2016 siguen completamente vigentes: “Da la impresión de que [en el estudio de Banxico sobre salarios mínimos] primero se escribieron las conclusiones y después se buscó una evidencia empírica ad hoc. Ojalá que los integrantes de la Comisión Consultiva se dan cuenta de lo mismo y terminen por descartar el estudio. Yo ya lo hice”.

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