LOS ÁNGELES, California (Expansión Política).- Para nadie es un secreto que Marcelo Ebrard quiere ser presidente de México. Si no ha tenido la oportunidad de serlo –o al menos de tratar de serlo–, ha sido por Andrés Manuel López Obrador, su mentor y principal obstáculo. Ahora, con López Obrador en la Presidencia, Ebrard finalmente tiene vía libre.
Si le dieran a escoger, probablemente habría elegido otra plataforma para despuntar, quizá la Secretaría de Gobernación, de Olga Sánchez Cordero. Pero en el reparto terminó en la Cancillería y será desde ahí que tratará de abrirse paso en la que será, dentro de unos años, una lucha de pronóstico reservado.