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La Estampa | "Ebrard tiene vía libre"

En seis meses, Ebrard ha tenido la fortuna del alto perfil desde la Cancillería, de esto escribe León Krauze.
lun 10 junio 2019 05:30 AM
El precandidato.
En los cuernos de la luna. Marcelo Ebrard logró un triunfo con la negociación arancelaria lograda con Donald Trump y fue reconocido en el evento de Tijuana.

LOS ÁNGELES, California (Expansión Política).- Para nadie es un secreto que Marcelo Ebrard quiere ser presidente de México. Si no ha tenido la oportunidad de serlo –o al menos de tratar de serlo–, ha sido por Andrés Manuel López Obrador, su mentor y principal obstáculo. Ahora, con López Obrador en la Presidencia, Ebrard finalmente tiene vía libre.

Si le dieran a escoger, probablemente habría elegido otra plataforma para despuntar, quizá la Secretaría de Gobernación, de Olga Sánchez Cordero. Pero en el reparto terminó en la Cancillería y será desde ahí que tratará de abrirse paso en la que será, dentro de unos años, una lucha de pronóstico reservado.

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En los primeros seis meses del gobierno lopezobradorista, Ebrard ha tenido la fortuna del alto perfil. Ningún funcionario ha estado bajo los reflectores con tanta frecuencia. Las amenazas de Donald Trump y la evidente confianza que le tiene López Obrador a su canciller le han otorgado una importancia capital en el gobierno. Y Ebrard ha sabido aprovecharla.

En Washington, asumió el protagonismo en una situación de alto riesgo diplomático. Fue él quien encabezó la delegación mexicana en las reuniones con la gente de Trump.

Fue él quien informó a la prensa de los avances. Fue él quien presumió optimismo. Fue también él quien anunció el acuerdo y lo celebró como si se tratara de un triunfo en una guerra de verdad. Y fue él quien se llevó los aplausos y el reconocimiento.

El trance de los aranceles ha puesto a Ebrard en los cuernos de la luna. Debe estar entusiasmado. Pero también debe estar preocupado. Seguramente sabe que su gestión en la Cancillería será juzgada por los resultados del acuerdo del viernes pasado.

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Ebrard evitó la imposición de aranceles y se negó a que México se declarara “tercer país seguro”. Son dos triunfos. Pero Ebrard también ofreció concesiones sin precedentes, todas de implementación compleja y costosa.

Militarizar la frontera sur de México no es cualquier cosa. Sumar a México a la estrategia punitiva de Trump no es cualquier cosa. Y mucho menos lo es comprometer a México a recibir miles de inmigrantes centroamericanos mientras esperan respuesta a su solicitud de refugio en Estados Unidos, una espera que puede tomar años.

Si las concesiones otorgadas en Washington llegan a buen puerto, pocos podrán competirle a Marcelo Ebrard rumbo al 2024. Pero si salen mal…

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