De acuerdo con la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, la imagen del Sagrado Corazón de Jesús nos recuerda el núcleo central de nuestra fe: todo lo que Dios nos ama con su Corazón y todo lo que nosotros, por tanto, le debemos amar.
“Jesús tiene un Corazón que ama sin medida. Y tanto nos ama, que sufre cuando su inmenso amor no es correspondido”, detalla el texto.
En junio de 1675, Santa Margarita Alacoque tuvo una revelación en la que Jesús le dijo que muchas personas no valoraban la devoción al Sagrado Corazón. El 17 de junio de 1689, esta santa escribió que Jesús quería que el Rey consagrara el país al Sagrado Corazón.
"Se le apareció en varias ocasiones para decirle lo mucho que la amaba a ella y a todos los hombres y lo mucho que le dolía a su Corazón que los hombres se alejaran de Él por el pecado".
"Durante estas visitas a su alma, Jesús le pidió que nos enseñara a quererlo más, a tenerle devoción, a rezar y, sobre todo, a tener un buen comportamiento para que su Corazón no sufra más con nuestros pecados", detalla el texto católico.