Ese es el panorama que miles de mujeres hacen frente al estar en prisión y de lo que trata el libro "Acusáis a la mujer sin razón", escrito por Daniela Ancira, Mercedes Becker, Raquel Aguirre y Wendy Balcázar, en el que buscan dar voz y visibilidad a las mujeres que viven privadas de la libertad, juzgadas por haber (o no) cometido un delito, marginadas, abandonadas y olvidadas por la sociedad.
En entrevista para Expansión Política, dos de las autoras y también cofundadoras de La Cana, hablan acerca de este trabajo escrito realizado tras recorrer 12 centros penitenciarios en diversos estados del país (Oaxaca, Nuevo León, Quintana Roo, Estado de México, entre otros).
Aquí presentamos una parte de la entrevista.
-¿Cuál es el panorama y las condiciones en que viven las mujeres privadas de la libertad en México?
Mercedes Becker: Durante el tiempo que estuvimos haciendo el recorrido para hacer las entrevistas en los diferentes penales vimos un panorama que a veces es desalentador.
Percibimos que en todas las historias existen muchos componentes de violencia, violencias de diferentes tipos: física, psicológica, sexual, económica; una constante que estas mujeres viven en su día a día y en sus familias, pero también es un fenómeno social donde como mujeres, vivimos violencia desde las instituciones, una violencia estructural que al final va permeando sus historias y que las lleva a la situación en la que hoy se encuentran.
Raquel Aguirre: En todas las historias se repite el mismo patrón en donde la violencia surge desde un aspecto machista, pero no necesariamente es solo perpetrada por hombres, también es un tema familiar, de educación y desde el hogar, en donde las madres o abuelas de estas mujeres repiten patrones como 'el de calladita te ves más bonita', 'tú aguántate porque solo sirves para hacer esposa, ama de casa o mamá', e incluso dejan de estudiar por este rol de género que la sociedad nos ha impuesto.
Lo que pretendemos visibilizar con el libro es que efectivamente existe una violencia de género, pero no la debemos ver nada más como la violencia que ejerce una pareja, sino como algo estructural que empieza desde que son niñas, por sus mismas familias, hermanos, hermanas, mamás.
Son obligadas a dejar sus estudios, después repetir estos patrones y ahora sí con la pareja, en donde justifican que las golpeen, las encierren, las celen, porque eso es lo que vivían desde casa y después, al ser madres, muchas veces desde muy temprana edad, es una educación que se va a replicar.
Si no sacamos y cambiamos esta ideología como sociedad, en donde creemos que las mujeres solo servimos para el hogar y empezamos a ver que de verdad somos iguales que los hombres, que tenemos las mismas capacidades, que podemos estudiar lo mismo, esto va a seguir.
La violencia de género no distingue clases sociales, desgraciadamente para nosotras que vemos población penitencial, en específico mujeres, si es un tema en donde también se criminaliza la pobreza, entonces, hasta que no cambiemos como sociedad estos pensamientos, esta manera de ver la vida y los roles de género, esto va a seguir ocurriendo.
-En el libro, abordan que hay un feminismo que surge y se forma en la cárcel, pero ¿creen que el movimiento feminista ha dejado en el olvido a las mujeres privadas de la libertad?
Mercedes Becker: Justamente de eso trata el libro, al ser un sector olvidado, un sector marginado, invisibilizado y pequeño, a lo mejor no representan un gran porcentaje de mujeres, pero también son historias que son importantes de visibilizar y escuchar, porque si no entendemos cuáles son sus contextos, no podemos prevenir que más mujeres terminen ahí.
Por eso creemos que darles voz a todas las mujeres, en todos los aspectos que existen en nuestra sociedad, principalmente a quienes están más marginadas, también es muy importante.
Al final, sus historias también cuentan y todas ellas o al menos la gran mayoría, tienen historias de mucho dolor, donde la violencia está muy marcada. Lo que queremos es darles esta voz que las ayude a poder tener nuevas ideas y romper con esas creencias que les fueron impuestas por una sociedad patriarcal para que realmente puedan tomar sus propias decisiones y ser mucho más libres en cuanto a la violencia que viven.