Estas voces demuestran que, en su mayoría, las niñas, niños y adolescentes opinan lo contrario a los adultos que discuten sobre el regreso a las aulas. Por ejemplo, Rafael, papá de dos menores que cursan la primaria, es tajante al afirmar: "Prefiero que pierdan un año de escuela a que pierdan la vida".
Pero, aunque sienten preocupación por contagiarse de COVID-19, los menores están más interesados en interactuar de manera física con sus compañeros y maestros, así como mejorar su aprendizaje.
En México, las escuelas están cerradas desde marzo de 2020 con aperturas parciales desde mayo de este año: primero en algunas partes de Campeche y luego en la Ciudad de México.
El gobierno federal ya declaró a las clases presenciales como una "actividad esencial" que no puede tener restricciones en medio de la pandemia, por lo que, enfatiza, la reapertura de aulas para el ciclo escolar 2021-2022 es "inminente", pero opcional. Es decir, que al final serán los padres de familia quienes decidan enviar o no a sus hijos a las escuelas.
#CaminitoDeLaEscuela
Los argumentos del gobierno federal para retomar las clases presenciales son las posibles afectaciones a la salud mental, física y emocional en los menores a causa del confinamiento, así como el abandono escolar también como consecuencia de la pandemia y de la falta de recursos para tomar clases a distancia.
La Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDHCM) publicó en días recientes el informe #CaminitoDeLaEscuela , en el que se constata que el número de estudiantes inscritos en preescolar, primaria y secundaria a nivel nacional bajó 2.4%, en los últimos dos ciclos escolares: la cifra pasó de poco más de 25 millones de alumnos en 2019-2020, a 24 millones 400,373 en 2020-2021.
El mismo reporte señala que de los niños, niñas y adolescentes consultados a nivel nacional por la CDHCM, 83% afirmó que no ha tomado clases presenciales desde que estas se suspendieron en marzo de 2020; solo 6.5% dijo que sí asistió, pero después volvieron a cerrar las escuelas; y apenas el 0.8% dijo que seguía en clases presenciales (antes de concluir el ciclo escolar).
La mayoría de los estudiantes que en algún momento regresó a las aulas tenía entre 5 y 12 años. Respecto a la emoción que les causa la posibilidad de volver a las escuelas, el 48% las niñas, niños y adolescentes manifestó que lo que les haría más feliz es estar con sus amigos, seguido por el hecho de salir de su casa (13%) y que su maestra o maestro les dé clases en su salón (10%).