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Donaciones, descuentos y difusión: la receta de 3 editoriales contra el COVID-19

Almadía, Era y Sexto Piso decidieron unir fuerzas para intentar sobrevivir a la crisis ocasionada por la actual epidemia, la cual las ha afectado más que la influenza de 2009 o el sismo de 2017.
dom 09 agosto 2020 06:25 AM
Librerías
Durante la Jornada Nacional de Sana Distancia, que se extendió desde los últimos días de marzo a finales de mayo, las librerías permanecieron cerradas por representar una actividad no esencial. En la "nueva normalidad" que arrancó el 1 de junio, han empezado a retomar operaciones.

La industria editorial mexicana suele tener una salud frágil y este año el COVID-19 la puso en un riesgo aún mayor, advierten representantes del sector.

La suspensión de las actividades no esenciales durante la contingencia sanitaria ha significado el cierre temporal de librerías y la imposibilidad de realizar encuentros presenciales de promoción, como pláticas con autores, presentaciones y firmas de libros.

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Ariana González, gerente general de la editorial Almadía, cuenta que desde el inicio de la emergencia sanitaria ella y sus compañeros empezaron a pensar en estrategias para sobrevivir a la crisis, que hasta la fecha ha provocado la pérdida de 1 millón de empleos formales en el país, según cifras oficiales .

La empresa tuvo que idear otras vías para seguir generando ingresos. Y dentro de ese proceso, decidió unirse a otras dos editoriales que se enfrentaban exactamente con el mismo reto.

A partir de ese intento por sobrevivir al golpe del COVID-19, Almadía, Era y Sexto Piso diseñaron y lanzaron #DependientesDeLectores, una iniciativa con diversas acciones a través de las cuales buscan seguir captando recursos.

Encuentro Expansión: El impacto económico del COVID-19 en la CDMX

En mayo, su primera acción conjunta fue abrir una campaña en la plataforma donadora.org , con la que trataban de reunir 2 millones de pesos en donaciones para cubrir gastos fijos, como la nómina de sus empleados. De ese monto, las compañías solo lograron juntar 1 millón 152,217 pesos, es decir, el 57% de lo esperado.

“Lo primero que hicimos fue un llamado de emergencia, porque estábamos las tres editoriales en una situación muy parecida: todas tenemos aproximadamente el mismo tamaño, operamos con un almacén, tenemos un área administrativa, pagamos una renta, sueldos...”, dice González.

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Ahora, en una segunda etapa de la iniciativa, las tres empresas decidieron bajar 20% el precio de todos sus títulos, no solo con el fin de incentivar las ventas, sino de motivar que los lectores empiecen a regresar a las librerías que ya pueden volver a operar en el marco de la llamada “nueva normalidad”.

Eduardo Rabasa, editor de Sexto Piso, señala que con esta medida las editoriales buscan que las obras sean más accesibles y que sus ingresos comiencen a recuperarse, luego de que han tenido un desplome de entre el 80% y 90%.

A la par, las tres compañías planean más acciones dentro de #DependientesDeLectores, tomando en cuenta que todavía no se sabe por cuántos meses más se extenderá la emergencia sanitaria, ni tampoco cuánto durará su impacto económico.

“La primera parte fue una reacción inmediata a una crisis que ya estaba ahí, una reacción de supervivencia en el corto plazo. Pero conforme ha pasado el tiempo, han continuado las reuniones y los diálogos para ir buscando más iniciativas de este tipo”, dice Rabasa.

Desde el principio, la idea no era hacer un esfuerzo coyuntural en una situación de emergencia y que ahí quedara, sino que fuera el comienzo, la punta de lanza de una colaboración más duradera”.
Eduardo Rabasa, editor de Sexto Piso

González adelanta que entre las acciones que se tienen contempladas están seguir organizando encuentros virtuales y lanzar una campaña de difusión, en la que los principales autores de cada editorial inviten a la gente a regresar a las librerías recordando cómo fue su propio acercamiento con estos espacios.

“Queremos hacer conciencia en los lectores de la situación tan precaria en la que se encuentra la industria del libro”, dice.

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A poco más de cinco meses de que se detectó el primer caso de COVID-19 en el país y luego de que la emergencia sanitaria ha durado casi ese mismo lapso, aún es incierto cuánto tiempo más tomará a México reabrir por completo todas sus actividades y permitir que cada sector productivo vaya retomando su ritmo.

Sin embargo, lo que para González y Rabasa está claro es que la crisis actual supera lo vivido en otras similares —como la epidemia de influenza de 2009 o los sismos de septiembre de 2017—, lo que implica que los esfuerzos para reponerse de este golpe también tendrán que ser más grandes.

“Cuando empezó esto, nos acordábamos de la situación sanitaria de 2009 con la influenza. Hubo un momento muy complicado, estuvimos muy nerviosos, fue muy difícil la cosa, pero no duró tanto: fue como un mes... aquí llevamos más”, dice Rabasa.

“Definitivamente, algo como esto nunca lo habíamos tenido. Hoy, todos estamos haciendo un esfuerzo mayor para salir con vida”, concluye el editor.

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