Mientras los negocios se reactivan en la "nueva normalidad" mexicana, decenas de librerías históricas y de barrio dudan sobre sus posibilidades de reabrir y ya anuncian un vacío cultural y económico en el país.
Muestra de ello es Salgari, la única librería de Pedregal de Santo Domingo, en Coyoacán, que este fin de semana abrió después de tres meses de confinamiento, aun con la incertidumbre de qué protocolos seguir y cómo mantener los ingresos.
"Con la 'nueva normalidad', el reto principal para todas las librerías independientes en el país es sobrevivir con la venta de libros; ha sido muy complejo para toda la red, para todos mis colegas, para nosotros, sostenernos estos meses", dice Diego Castillo, uno de los propietarios.