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Diego Luna: “La pandemia nos hizo replantear nuestra existencia”

El actor habla sobre las enseñanzas que le ha dejado como ciudadano la pandemia de COVID-19; lo hace a unas horas del estreno de ”Pan y circo”, serie que pone sobre la mesa temas urgentes para México.
jue 06 agosto 2020 05:50 AM

Antes de la pandemia de COVID-19 dábamos muchas cosas por hecho, nos cuestionábamos poco la realidad, el cómo y por qué de las cosas y vivíamos el día a día sin detenernos a pensar el impacto que tenía nuestro comportamiento en la vida de otros, pero llegó el Coronavirus y todo cambió. Así resume Diego Luna el antes de la emergencia sanitaria en donde "éramos felices y no lo sabíamos"... pero también bastante irresponsables sin querer verlo.

El actor lo dice claro: imposible ser los mismos después de esta pandemia porque se volvió evidente lo que ya era insostenible: nuestra relación con el medio ambiente, con la desigualdad, con la violencia de género, con la realidad de la migración en el mundo y otros temas que hoy es necesario replantearse.

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“Me parece que un país con esta desigualdad tan brutal como la que tiene México y como la que hemos aceptado como nuestra realidad —porque no hacemos mucho por transformarla—, la pandemia vino a presentarse frente a nosotros como el reto más importante”, advierte el actor y activista en charla vía Zoom y desde "el privilegio" que da estar cada uno desde su casa.

Y es que para Luna, esta pandemia es más dolorosa porque vino a ahondar las diferencias.

“Las comunidades más vulnerables que no pueden tener un confinamiento, claramente no están viviendo la pandemia que yo estoy viviendo”, señala Luna quien este viernes estrena en Amazon “Pan y circo”, una serie de siete capítulos donde, alrededor de una mesa y compartiendo alimentos, reúne a distintos actores públicos para hablar de temas que nos confrontan con la realidad del país.

Uno de ellos es el COVID-19, que si bien llegó a México a través de los estratos más altos de la sociedad y en vuelos privados desde Vail en Colorado o Italia, hoy la enfermedad tiene a 9.6 millones de mexicanos en vísperas de sumarse a las filas de la pobreza, de acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

Pero el actor, quien dese hace varios años se ha sumado y encabeza proyectos sociales , tiene la esperanza de que este hecho nos toque, nos transforme y nos haga reflexionar sobre lo que éramos antes de esta emergencia sanitaria.

“No importa como vivas y a que tengas o no acceso, tu vida no va a regresar a tener esa libertad que tenías antes de la pandemia, hasta que esa libertad la puedan tener las comunidades más rezagadas y más alejadas de tu realidad”.
Diego Luna, actor y activista.

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“No es cuestión de culpas”

El 16 de julio que se hace la entrevista con Luna, los números de la pandemia marcan más de 324 casos acumulados de COVID-19 en el país; a la hora de ser publicada, México está a nada de acumular los 450,000 casos y de llegar a las 50,000 vidas e historias cortadas por la enfermedad.

¿Quién se hará cargo de esas muertes?
No es una cuestión de culpas, sería muy chato y muy absurdo creer que vamos a culpar a una, dos, a tres, a cuatro personas porque estamos hablando de que hay un sistema que no funciona del cual participamos todas y todos. Sería absurdo pensar que vamos a regresar a la realidad que habíamos construído porque esa realidad nos demostró nuestra vulnerabilidad. De alguna manera esta pandemia vino a meterle freno a algo que nosotros no nos habíamos atrevido a hacer y que parecía ya haber suficientes llamadas de atención y sin embargo no las atendimos. Es como una segunda oportunidad generacional, que escuchemos este llamado y no volvamos despavoridamente a tratar de reinstaurar esa vida que teníamos antes.

¿Vives en el país que te imaginaste en 2018?
Es una pregunta hasta dolorosa de responder porque esto no lo vimos venir para nada. Yo siento que vivimos en un país que ahora más que nunca necesita de nosotros y de nosotras y que vuelve evidente que si no hay una articulación ciudadana profunda y sólida, pues la destrucción y la capacidad de autodestruirnos es brutal.

"Hoy vivo en el momento más complejo de mi ciudadanía y de mi vida, hoy los retos que como ciudadano tengo enfrente no se comparan a ninguno del pasado".

"Escuchar más que opinar"

Para Diego Luna "las verdades dichas en la mesa implican confrontación, pero conciliación, cariño y amistad también”, lo dice en la presentación de la serie y en la que vemos a más de 30 personalidades hablar, opinar, disentir y sorprenderse o transformarse con los dichos del otro.

En la charla, Luna deja claras sus opiniones, marca diferencias y se hace a un lado cuando no quiere hablar de un tema, en este caso de la clase política y del gobierno federal, pues dice que "no le interesa abonar más al clima de polarización que hay en la actualidad". El actor es transparente: frente al reto que tenemos en el país, su papel hoy es abrir el diálogo y escuchar respuestas.

Y es justamente lo que hace en su nueva serie: escuchar diferentes puntos de vista a través de políticos, activistas, actores, escritores, periodistas y académicos, sobre los temas que son urgentes de debatir en al país para cambiar parte de nuestra realidad.

“Si algún interés tengo ahora es tratar de combatir esta polarización que nos tiene en un lugar que no podemos accionar y que como sociedad nos estamos imposibilitando la capacidad de acción y de incidir”, dice en la charla.

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¿Quién gana con querer dividir al país?
Nadie gana. Este escenario ya es preocupante, hay que estar preocupadísimos y muy conscientes una vez más de la realidad de las otras y de los otros. No hace falta llegar más lejos para darnos cuenta que hay que actuar. Ya hay señales suficientes para decir que no podemos seguir en este proceso de autodestrucción. Hoy nos toca buscar otro ángulo para que la confrontación no se quede en la superficie.

Y justo al hablar de la polarización, Diego Luna platica que decidió hacer “Pan y circo” porque justo llegó a un punto en donde sintió que necesitaba escuchar a otras personas para conocer y tratar de desenmarañar la realidad.

“Llegué a un punto en donde sentí que yo necesitaba escuchar más que hablar. Es mucho más lo que aspiro a que me transforme la opinión de otro, a tener las certezas para comunicarlas, de lo que yo creo que es esencial. Lo esencial hoy es escucharnos y tratar de entender esas diferencias para acortar las brechas”, señala.

“Siento que hoy hay que ser muy precavidos con qué dices y cómo lo dices para no alimentar una hoguera de distracción que lo único que hace es enfatizar nuestra diferencias y por ende recordarnos de lo que no somos capaces”.

¿Qué aprendizaje te queda después de escuchar la diversidad de voces en temas que son urgentes tratar como país?
Me confrontó con la gran capacidad que tengo de ignorar y de ser indiferentes, es increíble la capacidad que tenemos de perder toda empatia con quienes nos rodean. Las llamadas de atención estaban muy cerca, han estado siempre ahí y para mí fue muy transformador poder entender la capacidad de incidir que tengo en la vida de otros y que es más grande de la que yo creía.

También que me dí cuenta que en el debate público y a través de redes sociales y estas herramientas que resultan provechosas en el confinamiento, hemos creado unas máscaras, nos hemos protegido a través de filtros y que más que herramientas hoy han terminado siendo vehículos que imposibilitan la verdadera conexión, la verdadera comunicación como yo la anhelo.

Fue muy bonito hacer un ritual que nos hiciera sentarnos a la mesa, escucharnos, tener que ser paciente y esperar a que el otro termine su idea para articular una respuesta y poder formularla y decirla y dejarme afectar por su reacción, es una cosa que las redes sociales no nos permiten. No nos diríamos lo que nos decimos a través de las redes sociales si nos estuviéramos viendo a los ojos, pues seríamos mucho más empáticos con el ser humano que tenemos frente a nosotros”.

“El recordar la importancia de darnos el tiempo de escuchar a los demás tiene que ser una de mis prioridades en la vida”.

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