Para dar sustento a la exigencia en torno a estos compromisos, activistas de Greenpeace midieron los niveles de cuatro contaminantes, con el propósito de saber cuál es el impacto en la gente, de acuerdo con el modo de transporte usado, en siete ciudades de México. Las urbes son Ciudad de México, Guadalajara, Monterrey, Toluca, Puebla, Querétaro y Pachuca.
Salvo Guadalajara, capital de Jalisco, donde los contaminantes estuvieron un punto por debajo, el resto de las ciudades superaron el límite máximo de exposición establecido en la Norma Oficial Mexicana (NOM).
Los monitoreos ciudadanos se realizaron en cada ciudad durante cuatro días, en recorridos de tres kilómetros en distintas formas de transporte, como respuesta a la falta de medición de la contaminación a la que están expuestos los habitantes de cada una de estas urbes.
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