Sheinbaum suma lealtades: incorpora a exgobernadores a su gobierno

Y en los últimos cuatro meses así ha sido, algunos como Martí Batres ya tienen una responsabilidad en la administración pública. El ex jefe de gobierno de la CDMX es director general del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE). Otros ya tienen prometido un cargo como Sergio Salomón Céspedes, quien estará al frente del Instituto Nacional de Migración.

Rutilio Escandón, de Chiapas; Cuitláhuac García, de Veracruz; y Carlos Merino, de Tabasco, tienen la promesa presidencial de que se incorporarán a un “cargo estratégico”.

“Pareciera ser que el lenguaje político que tenemos en nuestro país está en el marco de las lealtades. Hayan hecho cosas buenas o hayan hecho cosas malas, tienen un cargo, importa la lealtad y los compromisos”, considera Bernardino Esparza Martínez, especialista de la Facultad de Derecho de la Universidad La Salle.

Pero el gobierno de Claudia Sheinbaum no es el único que ha incorporado a exmandatarios estatales a cargos nacionales o en el extranjero. En la administración de Andrés Manuel López Obrador varios exmandatarios recibieron la encomienda de representar México en el exterior.

En gobiernos del Revolucionario Institucional (PRI) y de Acción Nacional también se tenía esa práctica: exgobernadores ocupaban cargos de secretarios, subsecretarios, directores generales, o bien, eran asignados a embajadas.

Por ejemplo, con el PAN, un exgobernador que obtuvo cargo federal fue el guanajuatense Juan Carlos Romero Hicks, nombrado en su momento como titular del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).

Xóchitl Pimienta, profesora del Tecnológico de Monterrey, considera que un aspecto positivo de incorporar a gobernadores al gabinete ampliado es aprovechar la experiencia que han acumulado en la administración pública, al haber estado frente a un estado hasta seis años.

“Todos estos exgobernadores tienen experiencia en la administración pública, tienen conocimiento práctico, han sido gestores en sus entidades federativas, han tenido retos complejos como los tiene cualquier gobierno estatal y eso les ha dado habilidades”, considera la experta.

Pero más allá de esa experiencia, observa la profesora, la incorporación de exgobernadores también tiene toques de anteponer la lealtad que han tenido al proyecto llamado Cuarta Transformación, y de paso fortalecer alianzas políticas en lo local.

“Tener a estos gobernadores en el gabinete puede ser un gesto para integrar liderazgos regionales en la Administración Pública Federal, o de generar algunos acuerdos en las regiones que ayuden a la consolidación del gobierno de la presidenta”, agrega la catedrática del ITESM.

Entre críticas y polémicas

Los exgobernadores que se han integrado o están por hacerlo, al gobierno federal, han recibido críticas, por ejemplo, en materia de seguridad pública.

Rutilio Escandón dejó a un Chiapas con severos problemas de violencia y que en 2024 vive el año más violento de su historia, con más de 700 homicidios dolosos, y eso que en el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) aún no se contabilizan las muertes violentas de noviembre y diciembre.

“En el caso de Rutilio es más lealtad que resultados. Y yo creo que en la inserción pública, lo que se debe valorar sobre todas las cosas son los resultados”, plantea Benardino Esparza.

En el caso de Cuitláhuac García aún no se conoce el cargo que tendrá en el gobierno federal, sin embargo, la invitación causó polémica debido a que su gestión estuvo marcada por varias polémicas.

“Me da gusto, cariño, nostalgia, muchas cosas, el que el día de hoy se despida Cuitláhuac como gobernador. No se preocupen, se va a ir a trabajar conmigo, ya luego les platico dónde. Se va al gobierno federal, ya en su momento les vamos a informar en qué parte importante estratégica del gobierno va a colaborar”, así anunció Sheinbaum la incorporación de uno de los fundadores de Morena.

La gestión de Cuitláhuac García estuvo marcada por varias polémicas, como haber realizado un pago por 112 millones de pesos por obras inconclusas o de mala calidad, de acuerdo con auditorías del Órgano de Fiscalización Superior del Estado de Veracruz (ORFIS); una confrontación con el entonces coordinador de los senadores de Morena, Ricardo Monreal; convocar a una manifestación contra el Poder Judicial en la que simpatizantes llevaron ataúdes con los rostros de Norma Piña y Alberto Pérez Dayan; confrontarse con periodistas y acusarles de desinformar, así como por haber sido señalado de hacer proselitismo a favor de Rocío Nahle, cuando compitió por la gubernatura.

En el caso de Carlos Merino, su administración también estuvo marcada por el aumento de la violencia. En la tierra del expresidente Andrés Manuel López Obrador se han registrado hechos de alto impacto, como quema de vehícul y ejecuciones, además de que los homicidios dolosos han ido al alza.

Cuando Merino asumió como gobernador de esa entidad, se registraron 50 homicidos mensuales, sin embargo, su último mes al frente de ese estado fueron 75, lo que implica un crecimiento de 50%, ello sin considerar que en otros meses, ese delito ha superado la cifra de los 100.

Al frente de la Ciudad de México, a Martí Batres se le señaló por presuntamente intervenir en el proceso electoral para favorecer a la candidata de Morena, Clara Brugada.

Sergio Salomón Céspedes ha tenido una gestión con menos polémicas, pero enfrentará un gran desafío: la migración en tiempos de presión de Donald Trump.