Luego jurará ante el Congreso, en el cual Morena y sus aliados disponen de una mayoría calificada para cambiar la Constitución sin los votos de la oposición.
A la ceremonia, Sheinbaum invitó a los principales líderes izquierdistas latinoamericanos, como el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, con quien mantendrá un encuentro el lunes, anunció el gobierno brasileño.
Antes de asumir, Sheinbaum provocó un diferendo con España, socio económico clave de México, debido a que excluyó al rey Felipe VI de su toma de posesión, reprochándole negarse a reconocer abusos en la conquista. Madrid decidió no enviar representación.
"Más pragmática"
El miércoles, Sheinbaum dará su primera rueda de prensa como presidenta del mayor país hispanohablante en el mundo, con unos 129 millones de habitantes. Seguirá los pasos de López Obrador, quien compareció ante los periodistas durante seis años cinco veces a la semana, entre dos y tres horas por día.
"El mayor reto de Sheinbaum será abordar la deteriorada situación de inseguridad en México", señala Michael Shifter, experto del centro de reflexión Diálogo Interamericano, en Washington.
La próxima mandataria toma las riendas de un país donde hubo cerca de 200,000 homicidios en los seis años del mandato de su predecesor; los cárteles libran sangrientas disputas por el control de territorios, del tráfico de drogas, de combustibles robados y de personas, solo en Sinaloa las pugnas entre dos bandas rivales han dejado decenas de muertos desde el 9 de septiembre.
La violencia de género, con una decena de mujeres o niñas asesinadas diariamente, es otra problemática.