Cuestionado en la mañanera sobre si se mantiene su idea de retirarse al final de sexenio, el presidente Andrés Manuel López Obrador insistió en que sí hará efectiva su palabra y no participará en política pues "no creo en el necesariato".
Eso es “propio de los dictadores y tiranos”, por lo que al término de su mandato no debe haber reelección, maximato, caudillismo, ni caciquismo y no volverá a opinar de política o decisiones de gobierno una vez que concluya su gestión.
"Hay gente que no quiere jubilarse porque no les va bien porque tienen una rutina y hay depresión (pero) hay muchas cosas qué hacer: caminar, hacer ejercicio, escribir, leer, ver los árboles, escuchar a los pájaros. Tantas cosas y también los familiares, los hijos, Beatriz (…) La única cosa: es vedado el tema político no hablemos de eso".
López Obrador criticó a quienes tras ocupar cargos de gobierno se mantienen vigentes en la política:
“Es un error pensar… seguir ahí opinando. Si ya tuvo uno su momento su tiempo, se ven mal; se ven muy mal, ya no es el momento, ya se tuvo el momento. Para qué estar criticando (se debe) dejar a la historia que juzgue”, valoró.
En su caso, consideró concluido su ciclo político y necesario el relevo generacional. Y admitió sólo "unos achaques”, pero no como dicen sus adversarios, que está “chocheando y los más groseros dicen: ‘viejo guango’”, criticó.
“Viejo, a lo mejor sí; guango no... pero ya me estoy preparando para entregar”, agregó.
Sobre la forma en la que seguirá apoyando a su proyecto, dijo que será con su libro -que entregará a la imprenta el martes 2 de enero- y que contiene "recomendaciones" a la cuarta transformación y entregando la administración a una persona en la que confía.
“El pueblo no va a permitir que haya retrocesos y quien me va a sustituir, es muy probable –aunque va a depender del pueblo–, es una persona con convicciones, honesta, que me tiene muy tranquilo porque me va a quitar la carga y es garantía de que el país va a seguir su camino. Además, ya voy a cumplir 50 años de estar en esto”.
El presidente aclaró que a donde se irá a vivir tras su retiro no es un rancho, sino una finca y dio detalles de qué contiene y qué es lo que hará:
“Son 13,000 metros cuadrados. No llega ni a hectárea y media y un rancho puede ser de 20 hectáreas, 100, 200, de 1,000. Es una finca que dejaron mis padres después de un fracaso comercial terrible”, justificó.
También detalló que su madre -dijo- tuvo una fonda en ese sitio y estaba en el fogón por lo que le tiene cariño a ese terreno que llegó a ser de 10 hectáreas.
"A cada hermano nos tocó una hectárea y a mí por ser mayor nos tocó la casa. Y de ahí es la quinta. Y mi madre sembró árboles y yo también árboles maderables (tengo) caoba, cedro, palma real, árboles flor. Imagínense, ver florear guayacán que tarda floreando 15 días.
"También hay árboles frutales: guaya, nanche, guanábana, zapote, chicozapote, pájaros todos, guacamayas” y expresó que se dedicará a caminar entre ellos, a escuchar a los pájaros.
