La funcionaroa expuso que ha habido una caída en el flujo de migrantes en tránsito en México, entre 2021 y 2022. Puso como ejemplo ejemplo departamentos de Honduras en donde asegura que se ha reducido el flujo migratorio como en Ocotepeque donde la reducción es de 89.5%, Valle de 73.9%, Francisco Morazán 68.8% y Comayagua de 65.8%.
En departamentos de El Salvador también aseguró que ha habido una reducción por ejemplo resaltó que en San Vicente se redujo en 47.8%, en Chalatenango y Ahuachapán en 50%; mientras que en Cuscatlán hasta 75%.
En la investigación periodística se revela que la migración no se ha frenado con Sembrando Vida y cuenta testimonios de personas que aún con el programa decidieron migrar.
El año pasado, Honduras marcó récord de retornados: 85,726. La cifra es cuatro veces más que la de 2019, cuando se firmó la carta de intención con México. Las solicitudes de asilo en México también se incrementaron, pasaron de 30,082 solicitudes en 2019 a 31,074 en 2022. Aunque los hondureños detenidos en la frontera con Estados Unidos disminuyeron 15,55%.
En cambio, la cantidad de salvadoreños detenidos en la frontera sur de Estados Unidos se incrementó: pasó de 92,351 en 2019 a 97,030 en 2022 (año fiscal). Sin embargo, las deportaciones y solicitudes de asilo de salvadoreños en México han disminuido 78,63% y 14,05% respectivamente.
Los documentos oficiales dan cuenta de que los primeros objetivos planteados son muy ambiciosos para este programa, la justificación oficial de “frenar la migración” ha perdido fuerza en los nuevos convenios firmados. Por ejemplo, el énfasis es menor en los documentos oficiales de Belice.
Carrillo reconoció que la mejor política para inhibir la migración forzada es promover el desarrollo y el bienestar para que los migrantes potenciales se queden en su tierra.
“Si nosotros hiciéramos un cálculo, nosotros consideramos que por ejemplo todo el sistema de regulación migratoria, que si las patrullas, que si tenerlos las los espacios donde tienen a los migrantes, más la deportación que hacen de cada migrante a su país de origen, bueno ese sistema cuesta alrededor del triple por persona devolverlo a su país de lo que les había costado mantenerlo en su país trabajando en Sembrando Vida”, comentó.
No obstante, los expertos como Ariel G. Ruiz Soto, del Instituto de Política Migratoria de Washington, explica que para que este tipo de programa sea exitoso debe invertirse el 10% del PIB de la nación receptora por un tiempo mínimo de 10 años.
Carrillo informó que el programa ya está en Guatemala, Belice y Cuba en una primera etapa y la segunda etapa de Honduras y El Salvador y, de acuerdo con sus cálculos, al finalizar este año serán 148,000 empleos lo que darán en Centroamérica por los programas Sembrando Vida y Jóvenes Construyendo el Futuro.
La funcionaria no dio a conocer los montos de recursos públicos que se han invertido en cada uno de los países y cómo han sido utilizados, tampoco dio cifras de los beneficiarios totales en cada nación.