AMLO impone “línea” y tiempos a "corcholatas" para la carrera del 2024

Hugo Garciamarín, profesor de Ciencia Política en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, considera que la reunión que tuvo el presidente López Obrador con las cuatro "corcholatas" el pasado 26 de abril fue en esencia para dar un manotazo sobre la mesa y poner orden.

“Durante su ausencia por covid quedó claro que si no fuera por el presidente, los diferentes candidatos se destruirían entre sí. La unidad es lo que le hace dar ese golpe sobre la mesa y decir, el que decide soy yo”, considera.

A unas horas de haberse recuperado de su tercer contagio de coronavirus y mientras la tribuna del Senado de la República estaba tomada por legisladores de oposición, el viernes 26 de abril el presidente López Obrador se reunió por primera vez con sus cuatro "corcholatas" en Palacio Nacional. A su derecha se sentaron Adán y Ebrard, y a la izquierda Monreal y Sheinbaum.

Al principio la información fue que el encuentro se debió para saludar al presidente después de su tercer contagio de covid-19, sin embargo, quienes estuvieron en esa reunión y las propias "corcholatas" después confirmaron que la sucesión presidencial sí fue un tema tocado.

“Unidad; que tengamos unidad y que cada quien asuma ya su responsabilidad de su activismo, etcétera. Estuvimos todos los involucrados de manera que como lo entendemos es que entramos a una etapa distinta en esta contienda y bueno ya que cada quien con sus decisiones, pero por lo pronto pues quien ya desee participar de manera plena en el proceso deberá irse separando del cargo”, explicó el canciller sobre la esencia de la reunión.

Jacques Coste, analista y consultor de Integralia, considera que al presidente le preocupa la unidad interna de su partido frente al que será el proceso electoral más grande la historia debido a que además de la Presidencia estarán en disputa ocho gubernaturas y la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México.

“Conservar la unidad o al menos evitar rupturas es una de las grandes prioridades del presidente para poder ganar la elección de 2024. Va a ser difícil evitar que haya ciertos descontentos, que haya tensiones internas, una que otra ruptura, pero la prioridad principal es mantener a las 'corcholatas' dentro de la coalición gobernante”, explica.

Si alguna de las 'corcholatas' dejara el partido, Morena enfrentaría una crisis interna, pero también perdería votos, lo que impactaría en el proyecto político del presidente López Obrador.

“Es muy difícil repetir la votación de 2018, va a ser una elección de 15 millones, la mitad de lo que él tuvo. Después de él, no hay mayor horizonte dentro del obradorismo, entonces él tiene que plantear unidad, que no haya ninguna fractura y dos, tener el mayor margen de acción para el próximo sexenio a partir del Senado y Cámara de Diputados”, agrega Garciamarín.

Y sí, al presidente López Obrador le interesa llevarse el “carro completo” en la jornada del 2 de julio de 2024. Ha llamado a los ciudadanos a votar “parejo” pues su plan es que si su partido logra mayoría calificada en la Cámara de Diputados y en el Senado de la República, concretar las reformas constitucionales que la oposición le ha negado y que en la Corte han tenido revés.

“Parejo, porque si se tiene el triunfo en la Presidencia, como ahora, ganamos la Presidencia, ganamos la mayoría en el Congreso, pero como no se tiene dos terceras partes en el Congreso se han dedicado a bloquearnos”, convocó el pasado 9 de mayo.

¿Hay un favorito?

A diferencia de otros expresidentes, Andrés Manuel López Obrador abrió la sucesión presidencial antes de la mitad del sexenio. ¿El motivo? Controlar en todo momento el proceso mediante el cual se definirá a su candidato y quien le asegure la continuidad de su proyecto.

“Por ahora, la favorita es Claudia, pero eso no quiere decir que Claudia tiene la candidatura 100 por ciento asegurada y más pensando en que el presidente lo único que le interesa es ganar la elección de 2024 a como del lugar, por eso colocará a la persona que él crea que le va a asegurar el triunfo”, refiere Jacques Coste.

Garcíamarin considera que aunque hay señales que indican que Sheinbaum es la favorita, no está decidido. “No está decidido, si ya estuviera decidido no tendríamos un presidente preocupado por eso”, refiere.

También impone tiempos

Desde la dirigencia nacional de Morena se tiene definida la ruta rumbo a 2024. Después del día de la jornada electoral en Coahuila y Estado de México, Mario Delgado se reunirá con las llamadas "corcholatas" para definir los detalles de la convocatoria, la cual será publicada a finales de junio.

La primera encuesta se realizará entre julio y agosto y la segunda máximo en el mes noviembre, pues el elegido, debe renunciar a su cargo antes del 1 de junio, debido a que la ley establece que no debe ser funcionario público al menos seis meses atrás.

Sin embargo, el presidente López Obrador pidió acelerar el proceso y en tres meses definir a su posible sucesor.

En julio la primera encuesta, la segunda en agosto y que en septiembre se conozca si es hombre o mujer el segundo candidato de Morena en la historia.

Debido a que es cuestión de meses cuando se conocerá el nombre del candidato, “las corcholatas” están intensificando su activismo. Giras por estados, renuncias en sus equipos para sumarse a su promoción política, pintas en bardas, suma de apoyos de gobernadores, es parte de lo que están realizando los aspirantes a la candidatura.

Encuestas que miden las preferencias rumbo a 2024 colocan a Sheinbaum como la favorita para ser la candidata. La medición realizada por El Financiero ubicó a la jefa de Gobierno con 34% de las preferencias, 16 puntos arriba de Marcelo Ebrard quien captó el 18%.

Los politólogos consideran que las encuestas son un factor, sin embargo, la verdadera elección del candidato será una decisión de López Obrador.

“Podemos estar prácticamente seguros de que el presidente será el gran elector dentro de Morena y escogerá entre una de sus famosas corcholatas, claro que en este momento parece ser Claudia la favorita”, agrega Jacques Coste también columnista de Expansión Política.

Faltan prácticamente doce meses para la elección presidencial y si bien las expectativas de triunfo están del lado de Morena, parte de su triunfo pasa por la unidad o ruptura que se fragüe en 2023.