El analista político y académico de la Universidad Nacional Autónoma de México, Édgar Ortiz Arellano, afirma que el discurso de austeridad es políticamente rentable pero que conlleva riesgos entre ellos la propia operación de gobierno.
“La austeridad que el presidente pretende implementar en la administración pública de manera extrema es preocupante porque puede debilitar las capacidades operativas e institucionales del Estado mexicano”, sostiene.
El argumento de presidente Andrés Manuel López Obrador para acentuar sus medidas de austeridad es que no puede haber gobierno rico con pueblo pobre, para lo cual ya delineó que incluso los viajes al extranjero se disminuirán y se optará por la comunicación vía teleconferencia.
Los programas sociales del presidente y sus obras han quedado intactas a cualquier recorte en la administración pública.
"El gobierno está reorientado los recursos hacia sus proyectos estratégicos", refiere Rafael Morales.
El pasado viernes, Gabriel Yorio, subsecretario de Hacienda, informó que aún hay margen para implementar más recortes, sin que ello ponga en riesgo a la administración. Para ello ya se tienen en la mira algunos objetivos como revisión de los fideicomisos que aún existen, administración de vacantes sin poner en riesgo la operación gubernamental y revisión a gastos no esenciales.
La pobreza franciscana propuesta por AMLO
Pero estas medidas de austeridad llegan cuando el país atraviesa por una crisis económica derivada de la pandemia de covid-19, un muy pequeño crecimiento económico y una inflación que casi alcanza el 8%.
“A nadie le gusta un gobierno que malgaste el dinero; obviamente, queremos una administración pública que no tenga excesos, pero también tenemos que estar conscientes de que si se reducen las capacidades de la administración pública federal como resultado de esta pobreza franciscana en vez de ayudar a la población en resolver las problemáticas, se van a agravar más,” agregó Ortiz Arellano.
Rafael Morales sostiene que aún acentuando las políticas de austeridad en la administración pública serán insuficientes para darle recursos al Ejecutivo para concluir obras o incrementar su política social.
"La pregunta es ¿de dónde más va a hacer ahorros?, ¿de dónde va a hacer reducciones sin que eso ponga en riesgo la difícil situación que ya vive el aparato público que se quedó con los mínimos para poder operar?", cuestiona.
Algunos funcionarios que se verán afectados serán el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, porque en lugar de salir de México a giras de trabajo, deberá optar por sostener encuentros mediante videoconferencias.