Ni haber superado los 120,000 homicidios dolosos en 42 meses ni los enfrentamientos en Texcaltitlán, Estado de México, que dejaron 10 muertos, o el reciente homicidio de dos sacerdotes en Chihuahua, harán cambiar de estrategia de seguridad pública al presidente Andrés Manuel López Obrador, pues asegura que el país va “en el camino correcto”.
Los poco más de tres años del gobierno del presidente López Obrador han sido los más violentos en la historia de México.
De acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, entre el 1 de diciembre de 2018 y el 30 de mayo de 2022, en México se han registrado 121,655 homicidios dolosos y feminicidios, cifra que supera la violencia del gobierno de Felipe Calderón cuando se inició la llamada guerra contra el narcotráfico. En el sexenio del panista se registraron 120,463 muertes violentas.
El mismo día en que la secretaria de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez, resaltaba que “se trabaja con estrategia, con inteligencia y con acciones concretas para dar tiros de precisión a las estructuras criminales”, los sacerdotes Javier Campos Morales “El Gallo” y Joaquín César Mora Salazar “El Morita” fueron asesinados, además del guía de turistas Pedro Eliodoro Palma, en Urique, Chihuahua.
Este jueves al presidente se le preguntó si, tras estos hechos de violencia, considera cambiar su estrategia de seguridad. Lo rechazó tajantemente.
No, al contrario, este es el camino, todo esto es el fruto podrido de una política de corrupción e impunidad que se implementó desde los tiempos de Felipe Calderón”.
El presidente ha defendido su decisión de atender la seguridad desde la raíz, para lo cual ofrece programas sociales a quienes menos oportunidades tienen. Sin embargo, hasta hoy no ha funcionado la estrategia.
“Pensar que la política social es una política de seguridad pública es incorrecto. El énfasis en programas sociales y de atacar las causas no están funcionando porque tenemos más pobres que antes, y si la política social no está funcionando para los objetivos propios, tampoco están funcionando como complemento para el tema de seguridad”, sostiene Ricardo Márquez Blas, experto en seguridad pública y autor del estudio “México: Seguridad, Violencia y Futuro en Crisis”.
Durante su conferencia de prensa, el presidente López Obrador dijo que su administración ya superó los homicidios de Felipe Calderón porque recibió “el pico” de violencia ya cuando estaba muy alto.
“No es lo mismo agarrarlo aquí en el (20)15, que aquí entramos nosotros (2018), como un 50% de aumento, y aquí no hemos aumentado, no hemos tenido la disminución que quisiéramos, pero hay una contención y hemos logrado aunque sea poco bajar”, señaló entonces el mandatario.
En el gobierno actual también ha aumentado la incidencia del homicidio por cada 100,000 habitantes. Cuando Felipe Calderón era presidente de México, el país tenía 8 homicidios dolosos por cada 100,000 habitantes, hoy se ubica en 28 esa tasa.
Esta no es la única ocasión en que el presidente ha rechazado cambiar de estrategia.
En mayo pasado, cuando su gobierno superaba ya los 118,000 homicidios dolosos y se había registrado el segundo día más violento de su sexenio, con 118 muertes violentas, rechazó cambiar en algo su estrategia.
“No vamos a cambiar la estrategia, al contrario, quienes deben reconocer que se equivocaron, y que los errores en política son como crímenes en el mejor de los casos, son nuestros adversarios”, dijo.
Ante el contexto de la violencia en contra de las mujeres, el presidente López Obrador también dijo que no cambiará la estrategia.
“No, al contrario, vamos a reforzar la misma estrategia de atender las causas que originan la violencia, buscar vivir en una sociedad mejor, atender a los jóvenes, atender el campo, que no haya desempleo, que haya buenos salarios, que se evite la desintegración de las familias, que se fortalezcan valores”, comentó el 10 de marzo de 2020.
¿Por qué el presidente se rehúsa a cambiar de estrategia? El mandatario federal asegura que la violencia no se puede combatir con más violencia, por ello ofrece atender las causas y seguir su política de “abrazos, no balazos”.
“Vámonos a las causas, que haya trabajo, que tengan oportunidades para el estudio, que se combata la pobreza. Lo segundo importante es cero corrupción y cero impunidad”, dijo este jueves.
Además, aseveró que coincide con el mensaje que el Papa Francisco publicó en sus redes sociales.
“Él escribe un mensaje lamentando la situación en México. Al mismo tiempo, subrayando que la violencia no es el camino para conseguir la paz, que la violencia genera más violencia. (…) Estamos totalmente de acuerdo”, comentó.
