Cuidar cada detalle
Pese a los pronósticos, el encuentro López Obrador-Trump no fue ríspido, tampoco hubo raspones ni sobresaltos y mucho de ello se le debe al canciller Ebrard, quien cuidó todos los detalles de la visita.
Al respecto, Bravo Regidor destacó que el buen resultado de la visita es parte de un trabajo que se hizo previamente.
“No salió mal. Sorprendente el trabajo del planchado de la reunión”, calificó.
Martínez Cortés consideró que los encuentros que tuvieron los mandatarios estuvieron llenos de simbolismos. Destacó que con esta visita de establecen lazos de comunicación con actores que tienen gran influencia en Donald Trump y que el discurso de López Obrador fue acertado en hacer ver al mandatario de Estados Unidos el apoyo que México ha dado en el vecino país del norte, incluso desde la Segunda Guerra Mundial.
“Llama la atención el discurso que pronunció López Obrador, muy sobrio, de gran altura, y que a través de pasajes y hechos históricos le hace ver a Trump que México es un vecino, un aliado y un socio estratégico para la seguridad de Estados Unidos”, afirmó.
A pesar de los reconocimientos, para el académico Javier Urbano Reyes, profesor e investigador del Departamento de Estudios Internacionales en la Universidad Iberoamericana, la reunión fue algo “irreal”, debido a que cada uno de los mandatarios presentó su “propio mundo”, cuando hay una relación bilateral llena de conflictos y “temas escabrosos”.
Si no hubo conflicto es porque no se abordó la realidad y solamente fueron y se reunieron entorno a un discurso que lo único que tiene en común es que es fantasioso y que en ningún sentido abordó la realidad”.
Javier Reyes Urbano, profesor de la Ibero.
Respecto a algo positivo de la reunión, de acuerdo con Urbano Reyes, está el hecho de que “el gobierno no salió dañado”, pero no ve una ganancia en la visita, pues aunque señaló que hay quienes dicen que se ganó interlocución, para el internacionalista eso es lo natural, aunque ésta sea tensa.
“No hubo ganancia, pero no hubo daños, pero siempre pensando que esta reunión se realizó en un contexto de ausencia de realidad y ausencia de consciencia de los presidentes de los retos tan graves que tienen tanto de una parte como de la otra”, aseguró.
Para los expertos, como ambos mandatarios son aficionados al béisbol, los regalos de bates de ese deporte simbolizan un aspecto de ese deporte: fue un buen encuentro, ambos pueden presumir buenos resultados, pero eso no significa que se frenarán las disputas.
*Con información de Octavio Ortega.