Miguel Rincón, presidente de Biopapel y compadre de López Obrador, dijo que apoyará “con muchos” cachitos de lotería. Mientras Carlos Peralta, presidente y director de Grupo IUSA, dijo que “venía a escuchar al presidente”.
Carlos Slim –quien llegó acompañado de su hijo y también empresario Carlos Slim Domit– explicó que valora la compra de boletos y aceptó que sí le gustan los tamales de chipilin.
A la cena también arribó Alejandro Ramírez, director de Cinépolis y uno de los empresarios a los que López Obrador, como candidato, acusó de formar parte del grupo que buscaba impedir su llegada a la Presidencia, pero al que luego deslindó.
Otros de los empresarios que acudieron al recinto donde despacha y vive el presidente fueron Daniel Chávez, CEO de Grupo Vidanta; María Asunción Aramburuzabala, directora general de Tresalia Capital; Daniel Servitje, presidente y CEO de Grupo Bimbo; Carlos Peralta, presidente y director general de Grupo IUSA; Miguel Aleman Velasco, presidente Ejecutivo de ABC y de Interjet; Antonio del Valle, dueño de dueño de Mexichem y presiente del Consejo Mexicano de Negocios, y Antonio Suárez, fundador de Grupomar, entre varios más.
Los empresarios comenzaron a dejar Palacio Nacional poco después de las 20 horas.
El pasado viernes el mandatario federal anunció que pediría a los hombres de negocios que ayuden a su causa comprando, en total, 4 millones de billetes para que los entreguen a sus trabajadores o los usen en promociones de sus tiendas o empresas.
Aunque les pidió ir preparados a la cena, el político tabasqueño explicó que no es obligatorio que cada uno de los empresarios que asista al encuentro adquiera por sí solo los 40,000 “cachitos”, pues puede convencer a otros y así ya no tendría que desembolsar 20 millones, sino una cantidad menor.