Publicidad
Publicidad

El Plan por la Justicia de Sheinbaum busca blindar Michoacán, sacudido por violencia

La administración de Claudia Sheinbaum presentó un nuevo plan para frenar la violencia en Michoacán, entidad que lleva décadas de intentos fallidos para recuperar la paz.
lun 10 noviembre 2025 06:34 PM
plan por la paz y la justicia
Este domingo, la presidenta Claudia Sheinbaum presentó los 12 ejes del Plan Michoacán por la Paz y la Justicia, una estrategia integral con más de 100 acciones y una inversión de más de 57,000 millones de pesos (mdp). (Foto: ALFREDO ESTRELLA/AFP)

A casi dos décadas del inicio de la llamada “guerra contra el narcotráfico”, Michoacán vuelve a situarse en el centro de una estrategia federal de seguridad.

Tras los asesinatos del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, y del líder limonero Bernardo Bravo —ambos víctimas de la violencia y quienes habían denunciado amenazas del crimen organizado—, este domingo el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum presentó el Plan por la Justicia y la Paz, un programa integral que busca contener la violencia en la entidad mediante una combinación de despliegue de fuerzas federales, coordinación interinstitucional y atención a las causas sociales del crimen.

Publicidad

Plan Michoacán por la Paz y la Justicia

El Plan Michoacán por la Paz y la Justicia prioriza la atención a las causas de la violencia, el fortalecimiento institucional y la coordinación entre los tres niveles de gobierno.

Contempla el envío de 10,506 elementos de la Guardia Nacional, el Ejército y la Marina, además de una contención fronteriza de 4,140 efectivos en los límites con Colima, Jalisco, Querétaro, Guanajuato, Estado de México y Guerrero.

En total, la nueva etapa de seguridad en la entidad implica el despliegue de más de 12,000 elementos federales:

- 10,506 de la Secretaría de la Defensa Nacional y la Guardia Nacional.
- 1,781 de la Marina, en el marco del Plan de Operaciones Paricutín, con presencia prioritaria en Lázaro Cárdenas, Aquila y Coahuayana.
- A ellos se suman 277 elementos de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), apoyados con 70 patrullas nuevas ya desplegadas en distintas zonas del estado.

“No se puede permitir que los grupos delictivos impongan su ley. Este plan busca recuperar la tranquilidad de las familias michoacanas con inteligencia, presencia y justicia social”, afirmó Sheinbaum durante la presentación.

El eje de seguridad parte del principio de atender las causas estructurales de la violencia —mediante programas sociales, empleo, educación y bienestar— y de fortalecer las capacidades operativas e institucionales.

La Guardia Nacional será consolidada como el principal cuerpo de proximidad, con nuevas instalaciones, equipamiento, capacitación avanzada y coordinación con la Policía Estatal y la Fiscalía General del Estado.

Asimismo, se reforzarán los sistemas de inteligencia e investigación, con tecnología, unidades especializadas y mecanismos de seguimiento para detener a generadores de violencia y desarticular estructuras criminales.

Uno de los pilares del plan es la estrategia anticorrupción, dirigida a debilitar las redes financieras y operativas del crimen organizado. Para ello, se implementará un protocolo homologado de atención a delitos y se crearán subsedes de la Unidad Antiextorsión para agilizar denuncias en todo el estado.

El plan prevé también la capacitación avanzada de los operadores del número 089, línea exclusiva para denuncias anónimas, a fin de mejorar la respuesta institucional y fomentar la participación ciudadana.

El Gabinete de Seguridad federal realizará visitas periódicas a Michoacán para evaluar resultados y mantener reuniones con autoridades locales y regionales. Las acciones, se informó, se desarrollarán con estricto apego a los derechos humanos y bajo coordinación permanente entre el Ejército, la Guardia Nacional, la Marina, la SSPC, la Fiscalía General de la República y el gobierno estatal.

“El objetivo es garantizar la seguridad con justicia, no con represión; con coordinación, no con fragmentación”, enfatizó Sheinbaum.

Operativo Conjunto Michoacán, así fue la estrategia de Calderón

El Plan por la Justicia y la Paz llega 19 años después del Operativo Conjunto Michoacán, con el que el expresidente Felipe Calderón Hinojosa dio inicio a la “guerra contra el narcotráfico” en diciembre de 2006.

Aquel operativo —que desplegó 7,000 elementos del Ejército, la Marina y la Policía Federal— fue el primer acto del gobierno calderonista y marcó un punto de inflexión en la política de seguridad nacional.

En ese momento, Calderón argumentó que el crimen organizado estaba “tomando el control” de territorios completos en Michoacán, tras la petición de apoyo del entonces gobernador Lázaro Cárdenas Batel, quien hoy funge como jefe de la Oficina de la Presidencia en el gobierno de Sheinbaum.

La estrategia de Calderón priorizó el uso de la fuerza militar y la persecución directa de los grupos criminales, lo que derivó en una escalada de violencia nacional. En los años siguientes, los enfrentamientos entre el Ejército y los cárteles, así como entre organizaciones rivales, dejaron miles de muertos y desplazados.

Durante el sexenio calderonista no se logró capturar a los principales capos ni desarticular a los cárteles de La Familia Michoacana y Los Caballeros Templarios, grupos hegemónicos en distintos momentos del periodo 2006–2012.

En cambio, surgieron figuras como Nazario Moreno González, José de Jesús Méndez Vargas, Servando Gómez Martínez, Enrique Plancarte Solís y Nicandro Barrera Medrano, quienes lograron consolidar un poder criminal capaz de someter a autoridades municipales, infiltrar policías estatales y desafiar al gobierno federal.

La violencia no se detuvo: en Michoacán se registraron 582 personas desaparecidas y 4,562 asesinatos durante el sexenio, además de la muerte de 40 policías federales y 37 militares en enfrentamientos con grupos delictivos.

Publicidad

Tras el Operativo Conjunto Michoacán de Felipe Calderón, las administraciones de Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador también implementaron estrategias específicas para contener la violencia en el estado, que a lo largo de tres sexenios se mantuvo como uno de los principales focos rojos del país.

"Por Michoacán, juntos lo vamos a lograr", la estrategia de EPN

En enero de 2014, en medio de una grave crisis de violencia y la expansión de grupos de autodefensas en la Tierra Caliente, el entonces presidente Enrique Peña Nieto presentó la Comisión para la Seguridad y el Desarrollo Integral de Michoacán, encabezada por Alfredo Castillo Cervantes, como representante plenipotenciario del Gobierno Federal en la entidad.

La estrategia buscó recuperar el control del territorio y desarmar a las autodefensas mediante un mecanismo de coordinación federal que concentró decisiones de seguridad, justicia y desarrollo en una sola figura.

El gobierno federal desplegó más de 10,000 elementos del Ejército, la Marina y la Policía Federal, además de reforzar la presencia del Ministerio Público Federal y de la entonces Procuraduría General de la República (PGR) para la judicialización de líderes criminales y comunitarios.

Un mes después, en febrero de 2014, bajo la premisa de que la violencia no se combate con más violencia y que lo importante es prevenir, el gobierno presentó el Plan Michoacán, Juntos lo Vamos a Lograr, programa que se implementó en cuatro municipios de esa entidad: Morelia, Apatzingán, Uruapan y Lázaro Cárdenas, y que buscó prevenir la violencia con acciones sociales que permitieran lograr la cohesión comunitaria y la reconstrucción del tejido social en el estado, según se anunció.

El plan se estructuró sobre cinco ejes principales:
1. Economía familiar y empleos
2. Educación y cultura para la prosperidad
3. Infraestructura moderna y vivienda digna
4. salud y seguridad social
5. Desarrollo social y sustentabilidad.

Además, en materia de prevención del delito, la estrategia contempló recorridos territoriales y consenso con gobiernos locales de sectores urbanos de intervención por municipio; la instalación de coordinación de operación local; diagnósticos sectoriales y de campo; la consolidación de Comités Comunitarios y Planes de Desarrollo Comunitario en Sectores Urbanos de Intervención y talleres de Planeación por Municipio.

Como parte de la implementación de esta estrategia, en el gobierno de Peña Nieto también se creó la Comisión para la Seguridad y el Desarrollo Integral en el Estado de Michoacán, un órgano administrativo que agrupó esfuerzos federales, estatales y municipales para coordinar la seguridad y desarrollo en la región.

La estrategia buscó así recuperar el control del territorio y desarmar a las autodefensas mediante un mecanismo de coordinación federal que concentró decisiones de seguridad, justicia y desarrollo en una sola figura.

El gobierno federal desplegó más de 10,000 elementos del Ejército, la Marina y la Policía Federal, además de reforzar la presencia del Ministerio Público Federal y de la entonces Procuraduría General de la República (PGR) para la judicialización de líderes criminales y comunitarios.

Sin embargo, pese a la intervención directa y la captura de figuras como Servando Gómez Martínez, “La Tuta”, líder de Los Caballeros Templarios, la violencia no logró erradicarse. La estrategia fue criticada por su centralización excesiva y por la falta de coordinación con las autoridades estatales y municipales.

Durante el sexenio de Peña Nieto (2012–2018), Michoacán permaneció entre las cinco entidades con mayor número de homicidios dolosos, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).

Atención de las causas, la apuesta de AMLO

Desde el inicio del gobierno de Andrés Manuel López Obrador (2018-2014) la violencia en Michoacán se fue acentuado.

Ante el crecimiento de la violencia, en octubre de 2021, el gobierno federal anunció el Plan Integral de Seguridad y Bienestar para Michoacán, con el que se enviaron más elementos de las Fuerzas Armadas, de la Guardia Nacional, además de acciones enfocadas a salud, educación y programas sociales.

La estrategia buscó atender la violencia en la entidad desde sus causas estructurales, combinando acciones de seguridad con programas sociales, desarrollo económico y presencia territorial de la Guardia Nacional.

El plan, puesto en marcha en 2021, surgió como respuesta al repunte de la violencia en la región de Tierra Caliente y a las disputas entre grupos criminales en municipios como Apatzingán, Aguililla, Tepalcatepec y Coalcomán, zonas históricamente afectadas por el narcotráfico.

El presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró entonces que su gobierno no declararía la "guerra" a ningún grupo delictivo, pues considera que esa estrategia fue "un profundo fracaso", ni tampoco establecerá algún tipo de complicidad con organizaciones criminales.

Al encabezar la presentación del Plan de Apoyo a Michoacán, López Obrador argumentó que el problema de la inseguridad creció en buena medida porque se mezcló el interés de la delincuencia con el interés político.

Uno de los ejes centrales del plan fue el despliegue permanente de la Guardia Nacional, que sustituyó gradualmente a la Policía Federal.

El gobierno federal instaló 57 cuarteles en distintos puntos del estado y desplegó más de 17,000 elementos en coordinación con el Ejército y la Marina. De ellos, 4,402 fueron de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), 4,990 de la Guardia Nacional y 7,500 operativos de la policía.

El objetivo, según López Obrador, era garantizar una presencia territorial constante en regiones donde el Estado había estado ausente durante años.

“No se puede enfrentar la violencia solo con el uso de la fuerza. La paz se construye con justicia, con trabajo y bienestar”, declaró el mandatario durante una de sus visitas a Michoacán.

La Guardia Nacional, creada durante el sexenio de López Obrador también asumió tareas de vigilancia en carreteras, protección a comunidades rurales, combate al robo de combustible y apoyo en operativos contra el crimen organizado en el estado.

El plan también incluyó la creación de Mesas de Construcción de Paz y Seguridad, integradas por autoridades federales, estatales y municipales, que sesionaban diariamente para analizar la incidencia delictiva y coordinar operativos conjuntos.

La estrategia también incluyó la entrega de programas sociales como instrumentos de prevención, entre ellos Jóvenes Construyendo el Futuro, Sembrando Vida y Becas para el Bienestar Benito Juárez.

Pero a pesar de los esfuerzos, Michoacán se mantuvo entre los estados más violentos del país, con municipios como Zamora, Uruapan y Morelia entre los de mayor tasa de homicidios dolosos a nivel nacional.

Publicidad

Newsletter

Los hechos que a la sociedad mexicana nos interesan.

Publicidad

MGID recomienda

Publicidad