El tipo de bosque húmedo primario es de los más afectados con 93.1 miles de hectáreas perdidas en 2024, 90% más que en 2023, cuando se perdieron 49,000.
La Comisión Forestal Nacional (Conafor) informó que más de 8,000 incendios ocurrieron el año pasado y quemaron el área más grande que se haya registrado.
“Estos incendios tuvieron impactos devastadores en las comunidades locales, incluyendo una calidad de aire peligrosa y la pérdida de vidas y hogares”, explica el Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés).
“Aunque los bosques pueden recuperarse después de los incendios, los efectos combinados del cambio climático y la conversión de bosques a otros usos de la tierra, como la agricultura, pueden dificultar esta recuperación y aumentar el riesgo de futuros incendios”, advierte.
La mitad de la pérdida de bosques primarios de México en el 2024 se produjo en Campeche y Quintana Roo por el establecimiento de sistemas intensivos de monocultivo.
De 2001 a 2024, México ha perdido 5.22 millones de hectáreas de árboles, lo que equivale a disminuir su cobertura arbórea en 9.8%. Gran parte de esa pérdida de árboles (82%) ocurrió en zonas con actividades que producen deforestación. Campeche, Chiapas, Quintana Roo, Yucatán y Veracruz tuvieron la mayor pérdida de cobertura arbórea.
WRI explica que la pérdida de estos ecosistemas tiene un impacto adverso, pues son algunos de los ecosistemas forestales más importantes para las fuentes de sustento, el almacenamiento de carbono, la provisión de agua y la biodiversidad. Su deforestación también libera grandes cantidades de dióxido de carbono. Solo para México se estiman 116 megatoneladas en 2024.