El líder religioso también se pronunció al terminar la ceremonia del Ángelus en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano sobre el asesinato del sacerdote tzotzil Marcelo Pérez, muerto en octubre de 2024.
“Que su sacrificio, como el de otros sacerdotes asesinados por fidelidad al ministerio, sean semillas de paz y vida cristiana”, dijo.
El pontífice celebró una misa dedicada a las y los migrantes en Ciudad Juárez, Chihuahua, durante su única visita en México realizada en febrero de 2016, donde reconoció los graves riesgos que enfrentan, así como el negocio del tráfico humano.
“En Ciudad Juárez, como en otras zonas fronterizas, se concentran miles de migrantes de Centroamérica y otros países, sin olvidar tantos mexicanos que también buscan pasar al otro lado. Un paso, un camino, cargado de terribles injusticias: esclavizados, secuestrados, extorsionados. Muchos hermanos nuestros son fruto del negocio del tráfico humano, de la trata de personas”, señaló en la ceremonia, que fue transmitida de forma simultánea del otro lado de la frontera en El Paso, Texas.
Previo a su viaje por México, el papa Francisco reconoció el problema del tráfico de drogas en la frontera México-Estados Unidos y llamó a los narcotraficantes como “mensajeros de la muerte” durante una entrevista realizada por la periodista Valentina Alazraki en abril de 2015.
“La frontera por la que entra la droga, la principal es la mexicana, entonces ahí también se sufre. Morelia, toda esa zona, es una zona de mucho sufrimiento donde también las organizaciones de traficantes de droga no se van con chiquitas, es decir, saben hacer sus trabajos de muerte, son mensajeros de muerte”, afirmó entonces.