¿Cuándo vino el papa Francisco a México?
El Papa visitó México del viernes 12 de febrero al miércoles 17 de febrero de 2016. En esos cinco días, estuvo en la Ciudad de México, en el Estado de México, Chiapas, Michoacán y Chihuahua.
Llegó a la Ciudad de México la noche del 12 de febrero, para ser recibido por el entonces presidente Enrique Peña Nieto y su esposa Angélica Rivera, junto al nuncio apostólico en México, Cristoph Pierre y el cardenal Norberto Rivera Carrera.
El día siguiente, 13 de febrero, fue recibido con un acto protocolario en Palacio Nacional como Jefe de Estado del Vaticano, luego tuvo un encuentro con obispos en la Catedral Metropolitana y su visita más significativa fue a la Basílica de Guadalupe donde ofició una misa dedicada a las familias de personas desaparecidas o violentadas por el crimen organizado, al recordar la aparición de la Virgen de Guadalupe ante el indígena Juan Diego en 1531.
"En ese amanecer, Dios despertó y despierta la esperanza de los pequeños, de los sufrientes, de los desplazados y descartados, de todos aquellos que sienten que no tienen un lugar digno en estas tierras. En ese amanecer, Dios se acercó y se acerca al corazón sufriente pero resistente de tantas madres, padres, abuelos que han visto partir, perder o incluso arrebatarles criminalmente a sus hijos", dijo.
El 14 de febrero el Papa Francisco visitó Ecatepec, el municipio más poblado del Estado de México con 1.6 millones de habitantes y conocido por tener altos índices de violencia y criminalidad, donde fue recibido por el entonces gobernador Eruviel Ávila.
Tras recorrer la Avenida Central a bordo del llamado 'Papamóvil' para saludar a los miles de feligreses que esperaban su llegada, ofició una misa masiva ante 300,000 personas en el predio 'El Caracol', a un costado de la Unidad de Estudios Superiores de Ecatepec.
“Cuántas veces experimentamos en nuestra propia carne, o en la de nuestra familia, en la de nuestros amigos o vecinos, el dolor que nace de no sentir reconocida esa dignidad que todos llevamos dentro. Cuántas veces hemos tenido que llorar y arrepentirnos por darnos cuenta que no hemos reconocido esa dignidad en otros. Cuántas veces -y con dolor lo digo- somos ciegos e inmunes ante la falta del reconocimiento de la dignidad propia y ajena", señaló el Papa Francisco durante la ceremonia.
El mismo día el líder de la Iglesia Católica regresó en helicóptero a la Ciudad de México para reunirse con niños y niñas con cáncer en el Hospital Pediátrico 'Federico Gómez', junto a la entonces primera dama, Angélica Rivera.
El Papa habló entonces sobre la importancia de la "cariñoterapia" y los cuidados hacia los menores, a quienes pidió bendecir y ser agradecidos.
"Quiero pedirle a Dios que los bendiga, los acompañe a ustedes y a sus familias, a todas las personas que trabajan en esta casa y buscan que esas sonrisas sigan creciendo cada día. A todas las personas que no sólo con medicamentos sino con la 'cariñoterapia' ayudan a que este tiempo sea vivido con mayor alegría. Tan importante la 'cariñoterapia', ¡tan importante! A veces una caricia ayuda tanto a recuperarse", dijo.
La mañana del 15 de febrero el Papa Francisco voló de la Ciudad de México a Chiapas, uno de los estados con mayor pobreza y rezago social en el país.
En San Cristóbal de las Casas ofició una misa que dedicó a los pueblos indígenas de México y América Latina, en la cual reconoció la exclusión de la cual históricamente han sido víctimas. La ceremonia que fue realizada incorporando las lenguas indígenas tseltal, tsotsil, tojolabal, zoque y ch'ol, así como la presentación del coro infantil de la comunidad de Acteal.
"De modo sistemático y estructural, vuestros pueblos han sido incomprendidos y excluidos de la sociedad. Algunos han considerado inferiores sus valores, sus culturas y sus tradiciones. Otros, mareados por el poder, el dinero y las leyes del mercado, los han despojado de sus tierras o han realizado acciones que las contaminaban.
"¡Qué tristeza! Qué bien nos haría a todos hacer un examen de conciencia y aprender a decir: ¡Perdón!, perdón hermanos. El mundo de hoy, despojado por la cultura del descarte, los necesita a ustedes", dijo en la ceremonia realizada en las instalaciones de la Secretaría para el Desarrollo y Empoderamiento de las Mujeres de Chiapas.
Más tarde acudió a la Catedral de San Cristóbal Mártir y para orar ante a tumba de Samuel Ruiz, obispo y defensor de los derechos humanos quien fue mediador entre el Gobierno mexicano y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), muerto en 2011.
Luego encabezó el 'Encuentro con las Familias' ante alrededor de 100,000 personas en el Estadio 'Víctor Manuel Reyna' en Tuxtla Gutiérrez.
El Papa Francisco visitó el 16 de febrero Morelia, capital de Michoacán y entidad marcada por la violencia del narcotráfico durante décadas.
En el Estadio Venustiano Carranza celebró una misa con integrantes de la Iglesia Católica en México como sacerdotes y seminaristas.
Por la tarde tuvo un encuentro multitudinario en el Estadio José María Morelos y Pavón, en donde afirmó que la juventud es la riqueza de México y pidió a las y los jóvenes no dejarse enganchar por el crimen organizado.
"Es mentira que la única forma de vivir, de poder ser joven, es dejando la vida en manos del narcotráfico o de todos aquellos que lo único que están haciendo es sembrar destrucción y muerte. Eso es mentira y lo decimos de la mano de Jesús", dijo en el Encuentro con los Jóvenes.
En su último día en México, el Papa Francisco acudió a Ciudad Juárez, Chihuahua, donde visitó el Centro de Readaptación Social (Cereso) 3.
Después encabezó ante unas 250,000 personas una misa en los límites con la frontera con Estados Unidos, cerca del Río Bravo, la cual dedicó a las y los migrantes.
“En Ciudad Juárez, como en otras zonas fronterizas, se concentran miles de migrantes de Centroamérica y otros países, sin olvidar tantos mexicanos que también buscan pasar al otro lado. Un paso, un camino, cargado de terribles injusticias: esclavizados, secuestrados, extorsionados. Muchos hermanos nuestros son fruto del negocio del tráfico humano, de la trata de personas”, dijo el pontífice el 17 de febrero, antes de regresar al Vaticano.