Segundo caso mexicano en la CIDH
Con la fecha agendada para la audiencia, este será el segundo caso que llega, 16 años después, al tribunal internacional, un ente de la Organización de Estados Americanos (OEA) que juzga violaciones a los derechos humanos.
El primero en ser juzgado fue el llamado caso Campo Algodonero, que concluyó en 2009 con una sentencia emblemática en contra del Estado mexicano por la desaparición y asesinato de tres mujeres de Ciudad Juárez.
Claudia Ivette González, Esmeralda Herrera Monreal y Laura Berenice Ramos Monárrez fueron desaparecidas, abusadas sexualmente y asesinadas en 2001. Las autoridades mexicanas no investigaron a cabalidad ni sancionaron a los responsables.
Ese mismo año desapareció también Lilia Alejandra, el 14 de febrero. Una semana después fue hallado su cuerpo. Tenía 17 años y dos hijos. Su asesinato se vinculó con los feminicidios de otras cuatro niñas, también en Ciudad Juárez, entre 1995 y 2005. Los cinco homicidios se presentaron en conjunto ante la CIDH.
Los abogados de los casos señalan que tienen similitudes con el del Campo Algodonero. David Peña, coordinador jurídico del Grupo de Acción A.C., indica que uno de los agresores, identificados mediante perfil genético, está vinculado con todos los homicidios. También coincide la forma en que fueron encontrados los cuerpos.
La hipótesis de la defensa es que un mismo grupo de hombres secuestró, torturó y asesinó a niñas en Ciudad Juárez durante una década y que sigue impune.
Lo mismo ocurre con el caso de Lilia Alejandra: continúa en la impunidad. Hay una persona detenida, pero no hay certeza ni pruebas ni evidencias que lo vinculen con el feminicidio.
“Se repiten patrones de impunidad, de violencia, de incorrectas investigaciones, fabricación de culpables y complicidad de autoridades”, afirma Peña.