¿Qué se celebra el 18 de marzo?
Esta fecha conmemora la apropiación legal del petróleo que explotaban 17 compañías extranjeras para convertirse en propiedad de la nación. Este hecho se materializó el 18 de marzo de 1938, cuando el presidente de la República Mexicana en ese entonces, Lázaro Cárdenas del Río, expidió el decreto de la Expropiación Petrolera.
La expropiación petrolera en resumen
La historia del petróleo en México ha sido una constante pugna entre el Estado y las empresas por el control de los hidrocarburos, pero también por derechos laborales. En 1935 se creó el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) con el apoyo del gobierno federal.
Un año después, el STPRM hizo demandas para mejorar su situación de los obreros, como una jornada semanal de cuarenta horas; pago salarial durante enfermedades; indemnización familiar en caso de muerte o incapacidad total, salario mínimo de cinco pesos, jubilaciones, entre otras reclamaciones que las empresas rechazaron.
En mayo de 1937, el sindicato manifestó su decisión de declarar la huelga si las empresas no cumplían con sus reclamaciones que presentaron ante la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje (JFCA), y la calificaron como un conflicto de carácter económico.
La JFCA determinó que las empresas sí contaban con los recursos suficientes para cumplir las solicitudes de los trabajadores, y en diciembre de ese mismo año pronunció un laudo o dictaminación de solución para establecer las condiciones de trabajo exigidas, a partir de la primera semana de 1938.
Para el 18 de marzo de 1938, el presidente Lázaro Cárdenas expidió el decreto de la expropiación petrolera, el cual consistió en la apropiación legal del petróleo, la expropiación de maquinaria, instalaciones, edificios, refinerías, estaciones de distribución, embarcaciones, oleoductos y todos los bienes muebles e inmuebles.
Un antecedente importante para este procedimiento fue la publicación de la Ley de Expropiación, que estableció las causas de utilidad pública y reguló los procedimientos.
De esta manera, el Estado mexicano tendría el control total sobre la producción y comercialización del petróleo en territorio nacional, lo que favoreció que el gobierno tuviera más recursos para las finanzas públicas.
El 7 de junio de 1938, casi tres meses después de la expropiación, se fundó la empresa paraestatal Petróleos Mexicanos (PEMEX), a la que se le otorgó las facultades necesarias para realizar todos los trabajos de exploración, explotación, refinación y comercialización del petróleo.