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Falsos médicos: Las fallas de las autoridades de salud para regular consultorios

El caso de la falsa psiquiatra, Marilyn Cote, evidenció que en México hay una débil regulación de los profesionales de la salud y de los consultorios médicos por parte Cofepris.
dom 01 diciembre 2024 11:59 PM
Falta vigilancia sanitaria para médicos y consultorios
Algunos consultorios médicos operan en México sin permiso de la autoridad sanitaria.

Las paredes del consultorio estaban tapizadas de marcos con diplomas, certificados, títulos universitarios y portadas de revistas. Eran tantas las constancias de cursos médicos o reconocimientos que, a primera vista, resultaría difícil imaginar que Marilyn Cote no era psiquiatra.

Pero en secreto guardaba cuatro documentos de identidad diferentes y cuatro cédulas profesionales distintas, supuestamente emitidas en 2017 por la Secretaría de Educación Pública (SEP). Las cédulas supuestamente avalan estudios de doctorado en medicina y psicología. Sin embargo, todos los documentos eran falsos o se trataba de imágenes photoshopeadas.

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Las imágenes fueron difundidas por la Fiscalía General del Estado de Puebla, que decomisó los documentos y detuvo a Marilyn Cote por el probable delito de usurpación de profesión. Actualmente, la falsa psiquiatra tiene 11 denuncias en su contra.

El caso de Cote puso sobre la mesa una añeja problemática: la débil regulación de los profesionales de la salud y los consultorios médicos, que permite ejercer a falsos especialistas y afecta la vida de las personas.

La supuesta psiquiatra

Las falsificaciones de Marilyn Cote se difundieron el pasado 5 de noviembre, cuando un joven médico exhibió las recetas apócrifas en la cuenta de X llamada Charlatanes Médicos. También encontró que Cote es abogada y doctora en psicología, pero falsificó documentos y fotografías para hacerse pasar como una reconocida psiquiatra.

Cote se promocionaba en Puebla como una experta avalada por las universidades de Harvard y Oslo. “La mejor especialista en Estados Unidos y Países Bajos. ¡Ahora en México!”, así se publicitaba. Aseguraba que podía “curar” la depresión en siete días y la ansiedad, en cuatro.

Sin embargo, Cote brindó consultas a personas con problemas de salud mental y prescribió medicamentos controlados con recetas y cédulas profesionales falsificadas.

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Tras denuncias de pacientes, la Secretaría de Salud de Puebla clausuró el establecimiento Neuropsychology: Clinic Marilyn Cote, que se ubicaba en las Torres Médicas Angelópolis. También canceló la publicidad del negocio.

Pero antes de esta suspensión, ese consultorio médico operó durante cinco años, al menos, sin aviso de funcionamiento, sin registro sanitario y sin la certificación académica del personal. Las autoridades de salud no verificaron nunca que Cote cumpliera con los requisitos mínimos para ejercer.

Cofepris disminuye verificaciones sanitarias

El psiquiatra Jorge Gutiérrez explica que existen vacíos en la legislación sanitaria de México que permiten que falsos médicos, o charlatanes, ejerzan impunemente.

Aunque a la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) le corresponde regular y vigilar que los establecimientos médicos, los fármacos y estos insumos para la salud funcionen o se comercialicen cumpliendo las normativas, no tiene una incidencia más allá de la clausura de los consultorios o la imposición de multas.

“Cofepris no tiene dientes frente a los charlatanes”, asegura el psiquiatra.

A esto se suma que la autoridad sanitaria disminuyó las visitas de verificación sanitaria en el último sexenio. De acuerdo con datos oficiales, Cofepris realizó 2,223 visitas a establecimientos de salud en 2013. De ese universo, la mayoría de visitas se realizaron en establecimientos de producción de vacunas, condones, en farmacias y laboratorios de fabricación de medicamentos.

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En 2018 se realizaron 2,053 inspecciones. Para 2019, las visitas de verificación disminuyeron a 1,521 y en 2023 repuntaron, con 1,753. De estas, sólo ocho se hicieron en unidades clínicas.

Durante el primer semestre de 2024, Cofepris registró 882 verificaciones. Se mantiene el enfoque en farmacias y almacenes de distribución de medicamentos. Solo una visita se hizo en una unidad clínica.

Urgen más inspecciones y clausurar los consultorios que no cumplan”,
Jorge Gutiérrez, doctor en psiquiatría

La autoridad sanitaria redobló esfuerzos en la administración anterior para identificar a distribuidores de medicamentos que no cumplen con la regulación sanitaria. El listado incluye 169 establecimientos que operaban sin aviso de funcionamiento, sin condiciones sanitarias adecuadas, con permisos vencidos o con graves irregularidades que no detalla Cofepris.

Sin embargo, a muchos consultorios particulares o a hospitales privados pequeños no llega la verificación de Cofepris, al menos que exista una denuncia de algún paciente, agrega el especialista en psiquiatría. Esto permite que distintos establecimientos médicos ofrezcan servicios de manera irregular o con personal que no está capacitado.

“Hace falta que la Cofepris cumpla su función, haga estas evaluaciones y nos diga qué consultorios cumplen o no cumplen”, coincide Gilberto Castañeda, investigador del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav).

Más allá de una cédula

Otro problema en la regulación sanitaria es que no existen mecanismos de vigilancia de los profesionales de la salud, agrega el doctor Castañeda.

Con una cédula profesional, cualquier persona puede ejercer como psiquiatra o médica. Pero este documento lo único que comprueba es que alguien tiene los estudios correspondientes, más no necesariamente la experiencia profesional.

En otros países existe una licencia sanitaria, que debe actualizarse cada determinado tiempo y se puede revocar, para que los profesionales de la salud puedan ejercer y su práctica es vigilada. Pero en México no existe esa figura.

En algunas especialidades médicas sí existen certificaciones que emiten Consejos de Especialidades Médicas y que comprueban el conocimiento y capacidad de un profesional de la salud.

De hecho, en 2023, la Comisión Nacional de Arbitraje Médico (Conamed) recibió 984 quejas por irregularidades en hospitales públicos y privados. Entre los motivos de queja se encuentran la administración de un medicamento que no le correspondía al paciente, diagnósticos erróneos, porque el médico dio información equivocada o un tratamiento inadecuado.

El psiquiatra Gutiérrez subraya que son más visibles las afectaciones de una mala praxis en cirugías o enfermedades graves, pero también causa un impacto negativo en casos de salud mental, donde un mal tratamiento o atención médica puede fallar en prevenir un suicidio o generar efectos adversos en quien toma fármacos controlados.

“Nadie se puede tomar a la ligera la salud mental de otra persona y mucho menos recetar medicamentos sin el conocimiento necesario”, menciona.

Si con un título universitario y una cédula alguien puede ejercer la medicina, los requisitos no dan seguridad. Sobre todo porque Marilyn Cote demostró que estos documentos se pueden falsificar, igual que las recetas médicas, para las que no hay un seguimiento real que compruebe las credenciales de quien las prescribe.

Cote fue detenida, pero no por una debida supervisión de la autoridad, sino por la viralidad de su historia y las denuncias en su contra. En otros casos, un profesional al que le cierran un consultorio irregular podría abrir otro en un sitio distinto. Por ello, ambos expertos coinciden en la necesidad de regular mejor la práctica médica, de tal manera que los diplomas en la pared no sean la única garantía para los pacientes.

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