Verónica Ortiz, analista política y exdirectora del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (Comexi), agregó que el principal reto será continuar con el T-MEC tras la evaluación que se realizará en 2026 y mantener a México como el principal socio comercial de Estados Unidos, en un contexto de fricciones entre ambos países por la reforma al Poder Judicial mexicano.
“Creo que para México cualquier resultado va a ser complicado. Pensar que nos espera una relación muy tersa, en este preciso momento, es un poco ilusorio”, aseguró.
Luis Estrada, socio director de SPIN, coincidió en que Trump llegará con políticas más radicales. Aunque en esta campaña no hizo de México su principal enemigo, el temor de que después ataque está latente.
En 2016, Trump hablaba de que México pagaría el muro y ese fue el tema central. Pero ahora eso está relativamente resuelto, consideró, porque México contiene a los migrantes de Centroamérica, pese a no tener los recursos suficientes ni ser tercer país de acogida.
“Que Donald Trump no haya sido vocalmente abierto en contra de México puede hacer una diferencia. Sin embargo, algunos analistas mencionan que Trump en 2024 es más radical que en 2016. Hay miedo de que, una vez que regrese, venga con un aire de resentimiento, de venganza y que, a lo mejor, aunque no haya hablado de México, algo encontrará”, advirtió.
El especialista dijo que Sheinbaum manejará la relación con Trump de manera diferente que el expresidente Andrés Manuel López Obrador, quien optó por “dorarle la píldora”, visitarlo o felicitarlo.