Todas las escuelas, incluidas las particulares, están obligadas por ley a seguir los programas educativos oficiales.
Para elegir qué materiales complementarios utilizar, en las escuelas privadas se recurre a instrumentos o sistemas de trabajo que permiten alcanzar de manera eficiente los objetivos de los planes de estudio, explica Israel Sánchez Martínez, presidente nacional de la Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF).
“Es decir, no se presenta algo distinto, más bien siempre ha sido algo complementario o, en su caso, pagar por algunos sistemas de enseñanza que estén acordes a la normatividad que establece la SEP”, apunta.
¿Cómo se eligen los materiales adicionales?
El presidente de la Unión de Padres explica que los materiales adicionales, como otros libros, guías o sistemas de aprendizaje, son propuestos antes de que inicie un nuevo ciclo escolar por asesores pedagógicos y se considera lo que requiere cada grado escolar.
“Sin que se descuiden, justamente, estos libros de texto. Todos los libros de texto, los gratuitos, siempre se trabajan de alguna manera, ya sea como material complementario o como complemento a la formación que tienen los niños en sus diversas etapas durante todo el ciclo escolar”, agrega.
A las familias de los estudiantes se les proponen materiales complementarios a través de reuniones, charlas y foros, pero también se recomiendan con un enfoque personalizado, que considere cómo resultó evaluado cada alumno.
Además se realizan mesas de trabajo entre familias y directivos, donde se decide qué mejoras aplicar para mejorar las clases en el próximo ciclo escolar.
“Al final de cada ciclo, de cada año, los padres de familia deciden si mantenerlo en ese sistema o cambian a otro, si es necesario reforzar algo”, detalla.