El primer caso del que hablaron fue una nota - publicada en Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) y Latinus- que asevera que la obra del Malecón de Villahermosa, Tabasco, fue otorgada a Alejandro Castro por ser una persona cercana a ellos, y que construyeron una red de lavado de dinero relacionada con dicha obra, la cual terminó en Luxemburgo operada por Luis Doporto Alejandre.
Los hijos del mandatario respondieron que no recomiendan a nadie para que tenga contratos de obra pública, y dijeron que Alejandro Castro, por órdenes de López Obrador, se encargó de la supervisión de dicha obra, pero por “ser una persona talentosa”. Asimismo, negaron conocer a Luis Doporto Alejandre.
El segundo caso fue cuando una investigación los señaló de haber tejido una red de corrupción con la finalidad de beneficiar con contratos y presupuesto público del Insabi, de gobierno estatales y de Pemex a la empresa Romedic y a su propietario Jorge Amílcar Olán Aparicio.
Gonzalo Alfonso López Beltrán y Andrés Manuel López Beltrán mencionaron que conocieron a dicho empresario hace algunos años en Tabasco, pero eso fue porque tienen amigos en común y porque su esposa fue compañera de escuela de uno de ellos; sin embargo, aseguraron que ninguno tuvo conocimiento acerca del otorgamiento de contratos por parte de los gobierno estatales estados
“No estamos involucrados en la administración pública a ningún nivel de gobierno y mucho menos tenemos influencia o injerencia alguna en las decisiones que dichos gobiernos deciden tomar con relación a licitaciones, adquisiciones, contratos, compras, proveedores, etcétera”, dijeron los hijos del presidente López Obrador.
El tercer caso del que hablaron fue la nota - publicada por MCCI- que asegura que un amigo de ellos compró un terreno ubicado cerca de la refinería Dos Bocas a un precio menor del valor comercial para su posterior arrendamiento. Ambos hermanos señalaron que esta publicación parte de insinuaciones y supuestos, pues dijeron que la compra-venta y transacción para la adquisición de dicho terreno es ajena a ellos.
“Se trata de una transacción realizada por particulares que nada tienen que ver con nosotros o nuestra familia. (…) No somos propietarios de dicho terreno, no tuvimos que ver con la operación de ninguna manera y no tenemos testaferros o presta nombres como insinúa la nota”, aseguraron.
En el cuarto caso, los hermanos López Obrador hablaron sobre los audios que dieron a conocer en MCCI y Latinus para relacionar a uno de ellos con el supuesto otorgamiento para su exploración de una mina de balastro en Oaxaca y la compra y venta de balastro para las obras del Tren Maya.
Ambos negaron haber intervenido para beneficiar algún grupo empresarial en las obras del gobierno, y mencionaron que con dicha acusación se busca calumniar, “la cual carece de fundamento y su única intención es desacreditar una de las obras más importantes del sexenio”.