Beryl tocó tierra la madrugada del viernes como un huracán de categoría 2 en la escala de Saffir-Simpson con vientos de hasta 175 kilómetros por hora (km/h), avanzaba a 24 km/h en dirección oeste-noroeste.
Hasta el momento no había reportes de víctimas, sólo de inundaciones, árboles y postes caídos y cables de luz y techos de casas desprendidos en Cancún, Playa del Carmen, Tulum y otras ciudades costeras que reciben miles de turistas cada año. El fluido eléctrico y las comunicaciones se iban restableciendo de a pocos.
"No hay pérdida de vidas, es lo que más nos importa. Lo material, de alguna u otra forma, se recupera", dijo el mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador, tras recibir un reporte oficial sobre la situación en el terreno.
Se va y regresa
La Conagua informó que se espera que durante el fin de semana Beryl se intensifique a huracán categoría 1 en la escala Saffir-Simpson, sobre el Golfo de México y continúe acercándose a la costa norte de Tamaulipas.
Se prevé que, durante la madrugada del lunes, Beryl impacte entre la costa norte de Tamaulipas y el sur de Texas, Estados Unidos de América.
Beryl es el primer huracán de la temporada atlántica de 2024 y, en su punto álgido a principios de la semana, fue la tormenta de categoría 5 más temprana de la que se tiene constancia. Un huracán de ese nivel trae vientos de 251 km/h o superiores, capaces de causar daños catastróficos.
Durante su paso por el Caribe la tormenta golpeó varios países -incluidos Jamaica, San Vicente, Granada e Islas Caimán- y dejó una estela de destrucción y al menos una decena de fallecidos.
Con información de agencias