Pozo de 77 metros regresa esperanza a buscadoras en el México de desaparecidos
Buscadoras localizaron un pozo en el que hay restos humanos, sin embargo, la Fiscalía del estado de Sonora les dijo que no cuentan con las herramientas para extraerlos a una profundidad de 77 metros.
Una llamada anónima fue la clave para uno de los hallazgos más impactantes y dolorosos de los últimos meses en Sonora, pero que da esperanza a quienes por años buscan a un familiar desaparecido: un pozo de alrededor de 77 metros de profundidad, en el cual hay restos humanos.
De 40 centímetros de ancho, con presencia de moscas y desprendiendo un olor putrefacto, el pozo fue descubierto hace unos días durante las jornadas que realizan madres buscadoras. Vía telefónica, una voz alertó que, en ese sitio, cerca de la capital del estado, se arrojaban cuerpos desde 2015.
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El descubrimiento, que da esperanza de que alguno de los suyos esté ahí y con ello acabe con la incertidumbre y tortura que significan las desapariciones en México, enfrenta un obstáculo: la falta de tecnología para acceder al sitio para exhumar los restos.
Cecilia Flores, líder del colectivo Madres Buscadoras, explica que la Fiscalía General de Justicia del Estado de Sonora les informó que no cuentan con el equipo para extraer los cuerpos.
“Hemos tenido hallazgos fuertes, hallazgos impactantes para nosotras, y pues que lamentablemente, por falta de tecnología, no se puede avanzar un poquito más porque encontramos un pozo de 77 metros de profundidad, los primeros restos humanos y no hay la manera de exhumarlos. Dice la Fiscalía, dicen las autoridades, que no hay la manera de cómo sacar esos cuerpos del lugar”, dice en entrevista.
Ceci Flores, como se le conoce a la madre buscadora que fue nombrada una de las 100 mujeres más influyentes del mundo por la BBC de Londres, busca a su hijo Marco Antonio, quien desapareció en Bahía de Kino, en 2019.
A pesar del riesgo que implica ser una madre buscadora en México, pues han sido asesinadas siete entre 2021 y lo que va de 2024, Ceci Flores no deja de buscar. Una desaparición, dice, deja muerta en vida.
Por doloroso que es el hallazgo del pozo, éste representa una oportunidad para confirmar o descartar que su hijo está ahí. De no encontrarlo, la búsqueda seguirá.
“La fiscalía nos dice que no halla qué hacer para sacar los cuerpos. Nosotras ya hicimos lo difícil, que es localizar el pozo, ahora les corresponde hacer esta exhumación porque no se pueden quedar ahí Son personas que estamos buscando. A lo mejor puede ser hasta mi hijo”, comenta.
“Nosotros hacemos un trabajo que no nos corresponde. Necesitamos que las autoridades hagan el suyo”
Cecilia Flores, madre buscadora.
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El pozo pudo ser localizado luego de descartar otros cinco cerca del ejido El Triunfo, el cual está ubicado por la zona de donde desapareció su hijo.
“Estaba completamente en putrefacción el aroma salía afuera del pozo, en cuanto llegamos nos dimos cuenta del hallazgo por, el aroma, por las moscas”, sostiene.
Ésta no es la primera vez que una llamada anónima alerta de un pozo con restos óseos. En los nueve años ha recibido otras que le han dado indicios, sin embargo, hasta ahora ninguno de los restos identificados corresponden a su hijo Marco Antonio.
A pesar del crimen, madres no desisten en la búsqueda
En un país donde las familias tienen que realizar la búsqueda de sus desaparecidos porque las autoridades están rebasadas, nada detiene a Ceci Flores. En los últimos años, ella no solo se ha dirigido a las autoridades, también ha pedido a integrantes del narcotráfico que permitan realizar sus búsquedas, pues solo quieren encontrar a sus hijos, hermanos, esposos para tener un lugar dónde rezarles.
“Me atrevo a hacerles esta petición a los cárteles por las madres, que no nos estén matando. Nuestro único pecado es amar a nuestros desaparecidos más que a nuestra propia vida y arriesgar nuestra vida constantemente por estar luchando por ellos”, pidió a través de sus redes sociales.
Sólo quería que encontrar a sus seres queridos, ese fue su pecado y lo que buscamos muchas mujeres, saber dónde rezarles.
Les pido a los cárteles que ya no nos maten, déjenos reencontrarnos.
Gladys Aranza Ramos en Sonora, Ana Luisa Garduño Juárez en Morelos, Rosario Lilian Rodríguez Barrera en Sinaloa, Blanca Esmeralda Gallardo en Puebla, María Carmela Vázquez en Morelos, Teresa Magueyal en Guanajuato y Angélica León en Baja California son algunas de las buscadoras que han sido asesinadas mientras buscaban a algun familiar.
En su labor de búsqueda, Ceci Flores ha sido amenazada de muerte, sin embargo, afirma que si ellas no realizan brigadas, la autoridad menos lo hace.
“Estamos en riesgo constantemente. Pero sabemos que, si no luchamos nosotras por encontrar a nuestros hijos, nunca los van a encontrar”, comenta.
Marco Antonio no es el único hijo que le desapareció a Ceci Flores. Desde 2015 también se desconoce el paradero de Alejandro Guadalupe, de quien se reportó su desaparición en Los Mochis, Sinaloa.
Mi hijo me dejó muchos recuerdos, hubiera querido más tiempo para seguir construyendo. Debería festejar su cumpleaños con la familia completa, con los pulmones agrandados de suspiros, no de la arena que cubre a miles de mexicanos.