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Siete años después de aprobado, el Registro Nacional de Cáncer sigue sin operar

En abril de 2017 el Senado aprobó la creación del Registro Nacional de Cáncer y, casi siete años después, continúa sin implementarse completamente.
sáb 10 febrero 2024 11:59 PM
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El Registro Nacional de Cáncer en México está en pausa.

Se calcula que cada año se diagnostican en México alrededor de 190,000 casos nuevos de cáncer. La cifra es estimada, con base en los registros hospitalarios, porque en el país no se ha concretado el Registro Nacional de Cáncer.

Esta plataforma estadística tiene como objetivo medir con exactitud la incidencia y prevalencia de esta enfermedad y dar seguimiento a los casos. A partir de esta información se mejorarían las políticas públicas de atención al cáncer.

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El padrón comenzó a implementarse en 2015 en Mérida, Yucatán, con recursos propios del Instituto Nacional de Cancerología (Incan), que entonces estaba a cargo del doctor Abelardo Meneses.

Sin embargo, fue hasta abril de 2017 que el Senado aprobó la creación del Registro Nacional de Cáncer y, casi siete años después, continúa sin operar.

Las reformas a la Ley General de Salud obligan a la Secretaría de Salud a concentrar la información sobre los casos de cáncer en un base de datos nacional. Al plasmar en la ley este deber, la expectativa fue que la Cámara de Diputados etiquetara recursos específicos para su consolidación. Se estimaban 13 millones de pesos para el arranque.

Pero el registro, promovido también por organizaciones no gubernamentales, pacientes y profesionales de la salud, pronto se topó con pared. Su historia se puede resumir de la siguiente manera: es una plataforma que ha batallado con la carencia de recursos y, si tuvo avances, han sido gracias a los médicos oncólogos que insistieron en su realización.

La ausencia del registro de cáncer impide contar con datos confiables sobre las causas de la enfermedad, su comportamiento y atención, subraya Alejandro Zentella, académico del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM.

“Si no sabemos cuántas personas son diagnosticadas, a qué edad, en qué estados del país y cómo progresan o pasan del diagnóstico a curación o progresión del padecimiento, realmente es complicado determinar si el sistema de salud está funcionado; este no se puede construir sin información”, explica.

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Sin presupuesto

Al final del sexenio del priista Enrique Peña Nieto, el Registro Nacional de Cáncer recibió el primer revés: en el Presupuesto de Egresos de la Federación no se le asignaron recursos.

Para entonces, el Incan ya había avanzado con la recopilación de datos en Mérida y Guadalajara, pero, una vez más, con sus propios recursos y el apoyo de su patronato. El trabajo en estas dos ciudades costó alrededor de 5 millones de pesos. La falta de recursos federales limitaba su ampliación a otros estados del país.

En 2018, durante las campañas electorales, diversas organizaciones de salud pidieron a las y los candidatos presidenciales considerar en sus proyectos de gobierno recursos para continuar con el registro.

"Necesitamos recursos para concretar el Registro Nacional de Cáncer y el Plan Nacional de Cáncer que hoy sólo están en blanco y negro", declaró entonces Mayra Galindo, directora de la Asociación Mexicana de Lucha contra el Cáncer, en una conferencia de prensa.

Andrés Manuel López Obrador ganó la elección presidencial y nombró secretario de Salud a Jorge Alcocer Varela. El Plan Sectorial 2019-2024 de esta dependencia incluía entre sus promesas “fortalecer el Registro Nacional de Cáncer y crear un registro nacional de enfermedades no transmisibles”.

Para el presupuesto federal de 2019, la Cámara de Diputados avaló otorgar 35 millones de pesos adicionales al Incan a fin de que continuara el registro, aunque no estaban considerados en el proyecto original del Ejecutivo.

Ese mismo año, la Secretaría de Salud creó la Red Nacional de Registros de Cáncer, conformada por 10 hospitales del mismo número de ciudades del país, para continuar con la recopilación de datos.

Se firmaron convenios con las 10 ciudades seleccionadas en una muestra representativa y el trabajo de registro se financió con recursos públicos y privados, como detallaron en un artículo publicado en la Gaceta Mexicana de Oncología tres investigadores relacionados con el proyecto.

La Red Nacional de Registros de Cáncer financió la labor en seis. Se trató de Hermosillo, Tijuana, Guadalajara, Toluca, Acapulco y Campeche. Mientras que en cuatro se hizo con recursos propios de los estados, municipios o dependencias de salud. Esto fue así en Baja California Sur, Monterrey, León y Mérida.

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Registro en pausa

A pesar de los avances, el registro está en pausa. En noviembre de 2021, el diputado Éctor Jaime Barba, miembro de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, denunció públicamente que había dejado de operar desde enero de ese año debido a recortes presupuestales y que no se contemplaba asignarle más dinero en 2022.

En el Presupuesto de Egresos de 2022, aprobado por Morena y sus aliados en la Cámara de Diputados, no se identifican conceptos de gasto destinados al Registro Nacional de Cáncer; además, el partido del Presidente evadió las propuestas de ampliación presupuestal que se presentaron para este fin”
Diputado del PAN, Éctor Jaime Ramírez

A siete años de la aprobación del Registro Nacional de Cáncer, éste tendría que estar en etapa de consolidación, pero no opera como dicta su reglamento, publicado por la Secretaría de Salud hasta un año después de la reforma legal que le dio vida.

Las reglas establecen que los datos del registro deberán difundirse a nivel nacional cada semestre por los medios que elija la Secretaría de Salud. La información tendrá que estar desglosada por entidad federativa, institución, hospital, tipo de tumor, sexo y edad. Pero, a la fecha, no funciona ni el enlace de la página web del registro: “Not found”.

Incluso, en agosto de 2023, la Comisión Permanente del Congreso de la Unión pidió a la Secretaría de Salud un informe sobre el avance en la implementación del Registro Nacional de Cáncer.

Los resultados

Con el trabajo que empezó en 10 ciudades, los profesionales de la salud lograron registrar 18,000 casos, pero no se conocen mayores detalles.

Los propios encargados del Registro Nacional de Cáncer, reconocen en su artículo que en México “se desconoce la incidencia y la prevalencia real de la enfermedad, y solo se conoce parcialmente su mortalidad”.

En 2015, sabíamos que una de cada cuatro personas tendría cáncer durante su vida. Hoy esa cifra es de uno de cada dos”,
Hugo de la Peña, oncólogo de los servicios de salud de Reino Unido.

Es decir, hay cifras de cuántas personas mueren por cáncer. El Inegi reporta que los tumores malignos fueron la tercera causa de muerte en 2022, con 89,574 decesos.

Sin embargo, no hay datos nacionales exactos de cuántas personas desarrollan cáncer cada año por cada tipo debido a que estos datos se obtienen de los registros hospitalarios y, según un informe de The Economist Intelligence Unit sobre la atención del cáncer en América Latina, los registros de base hospitalaria de México cubren apenas al 7.1% de la población.

El cáncer avanza

La carencia de información sobre un panorama general del cáncer en México limita la creación de un programa integral de prevención y control del cáncer, explican los especialistas.

La falta de esos mecanismos y la tardanza en diagnosticar el cáncer en el país provocan que 60% de los casos no sobrevivan, afirma Alejandro Zentella, académico del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM.

Ante los retos, integrantes de 13 asociaciones, enfocadas en la lucha contra esta enfermedad, conformaron en 2022 la Comisión de Trabajo de la Sociedad Civil que impulsa la creación de una Ley General del Cáncer para la mejora de los servicios de salud y la concreción del Registro Nacional de Cáncer.

Mientras tanto, esta enfermedad continúa su avance en México y el mundo. La ONU dice que en 2050 los casos de cáncer aumentarán un 77% hasta alcanzar los 35 millones a nivel global.

La atención es otro reto. Para aquellos que reciben radioterapia, hasta 35% puede sufrir quemaduras como efecto secundario, por lo que, además, requerirán otras terapias de soporte, explica José Ángel Galarza, Director General de Galafarma.

“Las terapias de soporte ayudan a mantener o, incluso, ganar calidad de vida a los pacientes”, afirma.

Las empresas también tienen un reto, pues deberán hacer planes para ofrecer flexibilidad y apoyo a cada vez más empleados afectados por el cáncer, agrega el doctor De la Peña.

“Las tasas de curación del cáncer están aumentando. Aunque la incidencia del cáncer ha aumentado, también lo hace la tasa de curación. Las empresas están preparadas para enfrentarlo?”.

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