Los fracasos ocasionaron, además, que muchos medicamentos no se consiguieran o no llegaran a tiempo al país. Según reportes de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), de 1 millón 894,126 piezas de medicamentos para cáncer demandadas en 2021, el Insabi suministró únicamente 21,464, apenas 1.1% del total.
Ante la falta de insumos, las dependencias hicieron sus propias compras de medicamentos de manera urgente y a un costo más alto. El año pasado, 23,571 adjudicaciones directas se justificaron legalmente por la falta de tiempo para completar una licitación con competencia. “A pesar de ser contratos con un monto promedio de 587,000 pesos, estos sumaron en conjunto más de 13,854 millones de pesos”.
Fallas en la distribución
Uno de los principales errores del Insabi fue la falta de planeación de las compras y de coordinación para distribuir los fármacos. “Las principales instituciones que proveen servicios de salud no han logrado consolidar sistemas eficientes de distribución y enfrentan retos en el manejo de los medicamentos adquiridos”, subraya en el informe.
Tras estos fallos, para 2024 se planea que las compras de medicinas las realice el organismo público IMSS-Bienestar, que sustituyó al Insabi en la tarea de llevar servicios de salud a la población sin seguridad social. No obstante, tiene el reto de consolidarse primero como capaz de otorgar la atención médica a más de 50 millones de personas y, después, de eliminar las malas prácticas en la compra de fármacos, explica el IMCO.