El Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés) se ha convertido en una brújula para identificar el panorama del sistema educativo de los países que integran la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) y los resultados mostrados para México no fueron nada alentadores.
Si bien hubo un retroceso en las tres áreas que evalúa esta prueba estandarizada, los datos revelan que en Matemáticas –que es el enfoque que se tuvo en esta edición– México tiene una mayor desventaja: dos de cada tres estudiantes no son capaces de representar una situación simple, como comparar la distancia total de dos rutas alternativas o convertir los precios en una moneda diferente; en tanto que solo dos de cada 1,000 estudiantes obtuvieron resultados sobresalientes.