#Crónica | Cientos salen a las calles de la CDMX en defensa del Poder Judicial
El paro convocado por el sindicato de trabajadores del PJ se espera que termine el martes, mientras que el miércoles el Senado puede analizar la reforma que busca desaparecer los fideicomisos.
Han tomado las calles médicos, padres de niños con cáncer, mujeres, familiares de los normalistas de Ayotzinapa y defensores del Instituto Nacional Electoral (INE), pero este domingo les tocó a los trabajadores del Poder Judicial, quienes con una “marcha blanca” protestaron por la extinción de los fideicomisos.
A unas horas de que el Senado discuta y eventualmente concrete las reformas para desaparecer 13 Fideicomisos del Poder Judicial, los trabajadores cumplieron su sexto día de movilizaciones de protesta, no contra el Congreso, sino del presidente Andrés Manuel López Obrador, principal promotor de los cambios.
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Al grito de “somos tres poderes, no somos dictadura” y “al poder judicial no se le toca”, los empleados judiciales, encabezados por el sindicato de trabajadores del Poder Judicial de la Federación (STPJF) y su líder Gilberto González, advirtieron que no permitirán que se ´despoje´ al Poder Judicial de 15,000 millones de pesos que, aseguraron, se usan en prestaciones y complementos para el retiro.
Pero la marcha, con réplicas en varias entidades del país, no sólo fue por recursos. Fue también en defensa de su prestigio, pues desde Palacio Nacional se ha señalado que cobran sin trabajar, así que de la vanguardia hasta la retaguardia resonó durante casi dos horas un grito de batalla: “¡Yo sí trabajo, no hago mañaneras¡”.
Los “privilegiados”, según el mandatario federal, salieron a las calles, en una inédita concentración que reunió a abogados, secretarios de estudio, proyectistas, pasantes de todo el universo judicial: juzgados y tribunales en materia administrativa, civil, laboral, especializada en competencia económica y radiodifusión; electoral y agrarios, junto a sus familias, además de litigantes privados, miembros de barras y asociaciones de abogados.
Entre los movilizados, algunos reconocieron vivir en el privilegio. Como Martha, joven adscrita a un Tribunal Colegiado en Naucalpan, quien confesó: “Yo sí soy privilegiada, desde donde estoy me toca defender a mujeres que son revictimizadas por el ministerio público, o para que indemnicen a personas afectadas por malas operaciones en el IMSS… ayudar a otros es mi privilegio”.
Por casos como esos, Rocío Gallardo, empleada del PJF expresó en su cartel: “No somos súper héroes pero venimos a luchar por la justicia”.
“Lo que pasa es que creen que somos ´la procu´, policías o fiscales, y el presidente desinforma atacándonos y diciendo que no hacemos nada”, se quejó Israel, secretario, mientras Jessica Rodríguez sostenía una pancarta dirigida al presidente, aunque sin mencionarlo: “Al narco abrazos, al Poder Judicial, ¿madrazos?”
Otros como Lucía, abogada, admitió acudir por primera vez a una movilización: “Yo no marcho ni con lo del INE vine… pero ya me tocó salir a defender mis prestaciones”.
“AMLO: si de verdad te urge obtener 15,000 millones de pesos, recupéralos de tu amigo y protegido Ignacio Ovalle, los desapareció de Segalmex”, reclamó en su manta Fernando Gómez, litigante.
Acudieron también beneficiarios de sentencias, como Moisés, padre de una niña con cáncer, quien acompañado por Karla, su hija, señaló: “El sector salud no quería dar tratamiento a mi niña hasta que ganamos los amparos”.
Y Sofía, en silla de ruedas, aseguró que si no fuera porque ganó un juicio laboral no tendría pensión al 100% por enfermedad de trabajo.
O Guadalupe Ayala, quien con la figura gigante de un feto apoyó al Poder Judicial: “Que no se deje intimidar y no despenalice el aborto, que es un homicidio, que defienda la vida desde la concepción”.
A un costado de la catedral hay personas que se enfrentan a gritos a los manifestantes, "¡Fuera abogados corruptos!, mantenidos!, ¡Liberaron a Rosario Robles!".
Hasta la “justicia” se paseó entre los manifestantes en la persona de René, oficial judicial, disfrazado con túnica romana y espada justiciera, con laurel de paz en la cabeza, pero que combativo reclamó al presidente: “¡Estoy harto que nos digan que somos corruptos, que somos rateros, que somos flojos¡. El Poder Judicial es contrapeso, no somos de él. Estamos para hacer cumplir la Constitución”.
Pero no todo fue pacífico. Personas no convocadas, pocas -pero aguerridas- increparon a gritos a los contingentes en la equina de la Catedral, en el Zócalo, para agredir a los manifestantes.
Más adelante, unos pocos, todos de la tercera edad, se enfrentaron a gritos en las escalinatas de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), pero fueron acallados con porras a la ministra presidenta, Norma Piña: “¡Viva Piña, viva Piña¡”.