Después de que el presidente Andrés Manuel López Obrador dijera que el GIEI no presentó pruebas contra la Sedena en el caso Ayotzinapa, los ex miembros de dicho comité señalaron que fue su investigación la que ayudó a derribar la “verdad histórica” presentada durante el sexenio de Enrique Peña Nieto.
Angela Buitrago Ruiz y Carlos Martín Beristain señalaron que durante su estancia en México, “no permitieron en ningún momento la politización de nuestro trabajo, a pesar de las presiones que recibimos”.
“Durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, el GIEI sufrió una campaña negra, acusándonos de ser ‘extranjeros’ y ‘antimilitares’ auspiciada por las propias autoridades del Estado, hasta el punto de tener que salir del país sin poder continuar la investigación y acompañamiento a los familiares”, señalaron.
En 2020, el GIEI volvió al país invitado por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, como coadyuvante en la investigación, cuando se había creado una fiscalía especial UEILCA y la Comisión de la Verdad, COVAJ.
El GIEI desde sus inicios insistió a las autoridades de México que se necesitaba pedir a Estados Unidos las escuchas de Chicago sobre la actuación de Guerreros Unidos en el caso Ayotzinapa.
“Fue ese trabajo y confianza para romper pactos de silencio con diferentes personas, testigos protegidos de la Fiscalía e instituciones, lo que llevó después a encontrar los restos de otros dos normalistas a partir de las declaraciones de un testigo protegido de la fiscalía”, señalaron los ex integrantes del GIEI.
“Desde el inicio dijimos que Ayotzinapa era no solo una herida en los familiares sino para el país. Nuestros informes no muestran opiniones, sino hechos probados y cuentan con todas las fuentes en las que nos basamos. Invitamos a autoridades, medios de comunicación, académicos a analizarlos y responder a los hallazgos no con opiniones o descalificaciones, sino con el rigor que requiere la verdad”, indicaron.