Además, uno de cada cinco adolescentes experimentó una relación sexual con o sin su consentimiento, y solamente una de cada 10 ha acudido a una clínica u hospital a buscar orientación sexual y reproductiva.
Los progenitores de un tercio de los embarazos adolescentes son 10 años mayores que las jóvenes y esto delata que son de relaciones abusivas o de violencia hacia ellas.
Las investigadoras coincidieron en que son necesarias acciones gubernamentales que incentiven la permanencia escolar, prevengan la violencia contra las mujeres y atiendan el embarazo adolescente. México tardó 50 años en reducir la tasa de embarazo adolescente y, aunque hace nueve años cuenta con una estrategia para la prevención de esta problemática, falta mucho para contenerla.
“Esta estrategia todavía tiene muchas áreas de oportunidad para volverla una estrategia más integral que, además de prevenir, también busque atender cuando las niñas y adolescentes están embarazadas y brindar apoyos cuando ya han sido madres”, reconoció María de la Cruz Muradás, integrante del Conapo.
Un pendiente en la educación
A pesar de que en los libros de texto gratuitos de cuarto año de primaria se incluye información sobre salud sexual y reproductiva, 2.3% de adolescentes no conoce ningún método anticonceptivo.
“Estamos ante una situación de no suficiente eficiencia de esos contenidos”, alertó la doctora Rosario Cárdenas.