"Yo vine aquí a vivir no a morir, por eso me quiero ir ya de aquí, México no es un lugar para nosotros", dijo por su parte Juan Velázquez, un migrante de 22 años.
"Ya he estado ahí", agregó, refiriéndose al centro de detención del Instituto Nacional de Migración (INM) de México. "Nos tratan como delincuentes".
Una joven madre venezolana rezaba junto a sus dos hijas, visiblemente cansadas y con sus ropas rotas y sucias, extendiendo la mano para asegurarse de que no se cayeran mientras corrían a la puerta para entregarse. "Dios, ayúdanos", repetía.
Mientras esperaban la oportunidad de cruzar la frontera, los agentes de la Patrulla Fronteriza y la Guardia Nacional de Texas permanecieron inmóviles frente a la enorme puerta de metal, impidiendo el paso.
Un helicóptero de seguridad estadounidense voló por encima. Muchos migrantes dijeron que intentaron sin éxito obtener una cita virtual para iniciar el proceso de asilo en Estados Unidos.
Desde que la administración del presidente Joe Biden lanzó la aplicación en enero, los solicitantes de asilo se han quejado de fallas, alta demanda y falta de citas.
"Esa aplicación no sirve, tienen que buscar otra manera de ayudarnos, si esa es realmente su voluntad", dijo Carlos, un migrante de 28 años que asegura que ha pasado hasta 10 horas diarias en la aplicación CBP ONE sin tener éxito.