“Líderes que realmente sientan afecto por el pueblo, que sean generosos, que se vivan en libertad frente a sí mismos y a sus propios intereses. Necesitamos guías que se sientan responsables de las demás personas, no para retenerlos y manipularlos, sino para hacerlos capaces de ser libres y de elegir”, apuntaron.
La comunidad jesuita resaltó que estos líderes deben servir sin protagonismos, mirar con empatía el sufrimiento de tantas y tantas víctimas de la violencia y reconocer que son parte de la misma crisis.
En el marco del noveno mes del asesinato de los sacerdotes jesuitas, la Compañía de Jesús apuntó que actualmente, tanto sacerdotes como religiosas cuentan ya con medidas de protección internacionales, “las cuales deseamos permeen en toda la Sierra Tarahumara”, apuntaron.
Así, la comunidad jesuita insistió en que en estos “momento de crisis” en México, son de mucha dificultad y dolor, pues las familias, los pueblos y comunidades atraviesan por una exacerbada violencia generalizada, “que provoca profundos miedos y el rompimiento del tejido social, que se refleja con la violencia sin razón entre jóvenes, como los recientes casos de bullying que han consternado a la sociedad, aunado a la polarización sociopolítica actual”.