Ávila, párroco de Creel, exclamó: “Los abrazos ya no nos alcanzan para cubrir los balazos”, lo que suscitó aplausos y muestras de apoyo. El padre tuvo que tomar unos segundos para recomponerse pues lo invadió la emoción.
Sus palabras conmocionaron a los feligreses que se congregaron para despedir a los padres "El Gallo" y "Morita" quienes contaban con gran reconocimiento en las comunidades de la sierra Tarahumara por su alto sentido de servicio.
"Para ambos sacerdotes se acabó el combate. Nosotros seguimos adelante", expuso el padre Ávila, al comentar que las muertes de los sacerdotes dio a conocer al país y al mundo entero la situación que vive la Tarahumara.
El padre quien como "El Gallo" y "Morita" tiene también bastante reconocimiento en la región, expresó que la muerte para quienes no creen en Jesús es tragedia y para los jesuitas es dolor, pero también es un enorme gozo por saber que "dieron seguimiento a Jesús de Nazareth".
"La aceptación de estos hechos no es resignación, es la serenidad de la vida que nos abarca todos los días. Se fueron sin pedir permiso y con su morral lleno de historias y de amores", añadió al recordar que en el país hay miles de muertos y desaparecidos que mantienen vivo el dolor y la tristeza en miles de familias.
En tal sentido, agradeció la presencia de un grupo de familias que buscan a sus hijos presentes en la misa.
"Los sistemas le apuestan al olvido, nosotros le apostamos a la memoria", anotó al lamentar la "vergonzosa impunidad que arropa todo el país. ¡Los jesuitas no abandonaremos la misión y menos el servicio a la gente!", exclamó.
Sacerdotes cubren con telas blancas los ataúdes de los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora.
Sacerdotes cubrieron con mantas blancas los féretros acudieron a la misa celebrada por el arzobispo de Chihuahua, Constancio Miranda Weckmann; el provincial de la Compañía de Jesús en México, Luis Gerardo Moro Madrid y el padre Javier "El Pato" Ávila.
José Luis González/Reuters
Una mujer despide con su llanto al sacerdote Javier Campos.
Una feligrés se desmoronó sobre el ataúd del sacerdote Javier Campos.
José Luis González/Reuters
El padre Javier "El Pato" Ávila se quebrantó al emitir su mensaje en el la misa de despedida de los sacerdotes jesuitas asesinados en Cerocahui, Chihuahua.
El padre Javier "El Pato" Ávila le exigió desde el púlpito revisar la estrategia de seguridad al presidente Andrés Manuel López Obrador.
José Luis González/Reuters
Los abrazos en la comunidad precedieron la misa en honor a los padres jesuitas asesinados.
Un sacerdote abraza a una persona antes de iniciarse la misa en honor de los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora.
José Luis González/Reuters
Feligreses cargan una foto del cura Javier Campos.
Después de la misa, pobladores cargaron un retrato del sacerdote jesuita Javier Campos, asesinado en el pueblo de Cerocahui.
José Luis González/Reuters
Antes de la misa en honor a los padres Javier Campos y Joaquín Mora.
Antes de iniciar la misa en honor de los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora, asesinados en el pueblo de Cerocahui, los fieles iniciaron un rezo, en la iglesia Sagrado Corazón de Jesús en Chihuahua.
José Luis González/Reuters
Y al lamentar que el país esté "invadido por la violencia y la impunidad", hizo eco de las palabras del Papa Francisco que tras la muerte de ambos sacerdotes resaltó: “¡Cuántos asesinatos en México!”.
“Nuestro tono es pacífico, pero alto y claro: invitando a que las acciones de gobierno finalmente acaben con la impunidad imperante en nuestra sociedad. Son miles, miles de dolientes sin voz que claman justicia en nuestra nación. Los abrazos ya no nos alcanzan para cubrir los balazos”, expresó el prelado.